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miércoles, 28 de agosto de 2024

Saber lo que puedes controlar y lo que no



Tengo una amiga (más que amiga es como una madre) de Mallorca, Concha Titos, la cual tiene tendencia a preocuparse en exceso por lo que todavía no ha ocurrido y seguramente nunca ocurrirá, con el agravante que, todo lo lee en clave negativa, sometiéndose a un sufrimiento innecesario. El gran Séneca nos dejó esta perla para la eternidad“Tu felicidad depende de tres cosas, todas las cuales están en tu poder: tu voluntad, tus ideas sobre los eventos en los que te involucras y el uso que haces de tus ideas".

Querida Concha, la felicidad y la libertad comienzan con la clara comprensión de un principio fundamental: algunas cosas están bajo nuestro control y otras no. Este concepto, que se remonta a la filosofía estoica, es esencial para alcanzar la tranquilidad interior y la eficacia exterior. Epicteto, un filósofo estoico, afirmó: “No son las cosas las que nos perturban, sino la opinión que tenemos de ellas”. Esta cita subraya la importancia de distinguir entre lo que podemos controlar y lo que no.

Bajo nuestro control están nuestras opiniones, aspiraciones, deseos y aversiones. Estas áreas constituyen nuestra principal preocupación, ya que están directamente sujetas a nuestra influencia. Por ejemplo, podemos elegir cómo reaccionar ante una situación difícil, como perder un empleo. En lugar de dejarnos llevar por la desesperación, podemos ver esta circunstancia como una oportunidad para crecer y buscar nuevas oportunidades. Viktor Frankl, un neurólogo y psiquiatra austriaco, escribió en su libro “El hombre en busca de sentido”: “A un hombre se le puede arrebatar todo salvo una cosa: la última de las libertades humanas, la elección de la actitud personal ante un conjunto de circunstancias”.

Fuera de nuestro control, sin embargo, hay cosas como el tipo de cuerpo que tenemos, el haber nacido en la riqueza o la forma en que nos ven los demás. Estas son circunstancias externas que no constituyen nuestra preocupación principal. Intentar controlar o cambiar lo que no podemos solo conduce al tormento. Por ejemplo, preocuparse excesivamente por la opinión de los demás puede llevar a la ansiedad y a la pérdida de autenticidad. Como dijo Lao-Tsé, el filósofo chino: “El que se preocupa por la aprobación de los demás, se convierte en su prisionero”.

Recordemos: Las cosas sobre las que tenemos poder están naturalmente a nuestra disposición, libres de toda restricción o impedimento. Podemos trabajar en mejorar nuestras habilidades, cultivar nuestras relaciones y desarrollar una mentalidad positiva. Sin embargo, las cosas que escapan a nuestro control son debilidades, dependencias o están determinadas por el capricho y las acciones de los demás. Aceptar esta realidad nos permite enfocarnos en lo que realmente importa y nos libera de la frustración.

Finalmente, si creemos que podemos controlar lo que por naturaleza escapa a nuestro control, o si intentamos asumir los problemas de otros como propios, nuestros esfuerzos se verán desbaratados. Nos convertiremos en personas frustradas, ansiosas y criticonas. Como dijo el filósofo griego Epicteto: “La libertad es la única meta digna en la vida; se gana ignorando las cosas que están fuera de nuestro control”. Al aceptar nuestras limitaciones y centrarnos en lo que podemos cambiar, encontramos la verdadera paz y libertad.




miércoles, 18 de mayo de 2022

Supera el estrés



El ser humano tiene una tendencia innata a normalizar las situaciones en que se ve envuelto. Por eso a veces es difícil identificar el impacto que este mundo estresante en el que vivimos tiene en nuestra salud.

Mucho se ha hablado del estrés y de sus consecuencias devastadoras para la salud.

Desafortunadamente vivimos cada día experiencias estresantes, incorporando esta ansiedad como parte de nuestra rutina.

Que nuestras vidas nos parezcan normales nos impide ver muchas veces ver las consecuencias de eso que normalizamos. Vamos llenando de a poco el vaso que nos contiene, “esperando” a la última gota para explotar y tomar medidas.

Vivimos en una cultura que socava constantemente nuestras vías de conexión y no siempre tenemos la facilidad de cambiar nuestras circunstancias de vida. Por eso es fundamental encontrar la forma de equilibrar la respuesta al estrés excesivo. Sin duda, identificado el estrés o no, conviene seguir algún programa de prevención o reducción del estrés. Hay muchas formas de combatirlo que son relativamente sencillas. Desde la práctica de la meditación a la práctica de ejercicio regular. Pero, no todos los sistemas funcionan para todo el mundo, por eso es importante encontrar el propio y ejercitarlo.

Mi consejo es simple, aunque en ocasiones, nos parezca difícil de llevar a la práctica.

Hagamos tiempo para nosotros, tiempo para nuestra familia y tiempo para nuestros amigos. Esta práctica evita el agotamiento físico, y el más devastador es el agotamiento mental. Casi siempre subestimamos la importancia del descanso que debemos darle a la mente, cuya recuperación es más lenta.

Según la propia Biblia, "Nadie puede servir a dos señores". Cuando dedicamos un tiempo excesivo al trabajo, por ejemplo, es seguro que descuidaremos otras necesidades, por falta de tiempo o por agotamiento físico.

Del mismo modo que, por costumbre u obligación, tenemos tiempo para despertarnos, trabajar, almorzar, etc. una cita con los amigos.

El trabajo es importante para el sustento y el crecimiento, pero ojo, porque la mayor recompensa de nuestro trabajo no es el salario, sino en qué nos transforma. Relajemos nuestra mente, para usarla más y mejor.

Nuestra mente también necesita unas vacaciones. Si no podemos viajar, vamos al cine; a algún entretenimiento saludable, o incluso a leer un libro. Estas prácticas, además de alejar nuestra mente de problemas innecesarios, pueden asegurar una mejor calidad de vida.

Recordemos que “Si el futuro nos preocupa demasiado y el pasado nos aprisiona, el presente se nos escapa. Por eso, de vez en cuando, decidimos “perder” un poco de tiempo con nosotros mismos”. Y, sin embargo, es mejor disfrutar de la supervivencia que simplemente sobrevivir.

Desde este momento, disfrutemos de nuestra supervivencia, con mucha alegría y paz. ¡Nosotros lo merecemos!

Dedicado a Mónica Martínez García

viernes, 21 de mayo de 2021

Colas del HAMBRE

El acaparador del trigo no podrá abastecerse en la mesa, salvo unas rebanadas de pan, para satisfacer las exigencias de su hambre; y el dueño de la fábrica de telas solo dependerá de unos pocos metros de tela para confeccionar ropa para su propio uso.

Por lo tanto, nadie debe alimentarse y vestirse con los estándares de la gula y la vanidad, sino de acuerdo con los principios que rigen la vida en sus bases naturales.

¿Por qué esperar un banquete para ofrecer unas migajas al vecino hambriento? ¿Por qué primero acumular tesoros para ser útiles a los necesitados? La caridad no puede depender de lo que nos queda, porque es una fuente que nace del corazón.

Siempre es justo desear algo más que nos ayude a nosotros ya nuestro vecino en días difíciles e inseguros, sin embargo, es deplorable la subordinación de la práctica del bien a la caja fuerte disecada.

Abramos las puertas de nuestra alma y dejemos que nuestro sentimiento de simpatía brille para todos, así como el sol cuyos rayos iluminan, alimentan y calientan a todos indistintamente, o como la lluvia que, a cántaros, fertiliza la tierra y alimenta a miles de millones de vidas. .

Compartimos lo poco o mucho que tenemos con nuestros compañeros de viaje, y el significado de la buena voluntad, respaldada por el amor, eventualmente se convertirá en prosperidad común. Algunas semillas, regadas con mimo, a lo largo de los años forman un extenso bosque.

Por eso, siempre, con alegría, ayudemos a todos los que comparten la marcha con nosotros, porque según el Libro Sagrado, si tenemos la gracia de contar con pan y vestido para cada día, tenemos la obligación de VIVIR y SERVIR, en paz y alegría.

Meditemos un poco, este viernes, sobre la importancia equilibrada entre la búsqueda de la abundancia necesaria y la caridad redentora del compartir.

¡Un abrazo!



jueves, 20 de agosto de 2020

La virtud de la paciencia

 


La paciencia ante situaciones que escapan a nuestro control, y que naturalmente actúan en contra de nuestra voluntad, no significa debilidad o incapacidad por nuestra parte. No deberíamos pensar así.

 

La resignación es una actitud propia de los humildes de espíritu; es una postura que solo quienes confían en Dios y han aprendido de la vida, saben utilizarla.

 

No tiene sentido indignarse o enfurecerse contra lo que llamamos mala suerte, porque es usando la paciencia que las cosas se arreglan.

 

¡Creamos!, entreguémonos al Creador y las cosas pronto se unirán para mejor.

 

¡Y atención! No nos dejemos llevar por el falso concepto de resignación. Resignación es aceptar las cosas como son, pero tratar de hacer lo mejor que podamos para transformarlas.

 

Resignarse es tener mucha paciencia. Es buscar, con sabiduría, tiempo para respirar y tomar un nuevo aliento para afrontar desafíos y pruebas, con mayor energía.

 

La paciencia es una noble virtud. Practiquemos esta virtud en nuestro día a día, porque con el tiempo será parte de nuestra personalidad, de forma natural y definitiva.

 

Este jueves, recordemos que somos los más beneficiados actuando con paciencia.

miércoles, 12 de agosto de 2020

SER o TENER

 



El deseo de poseer, aunque tiene un lado bueno, también tiene un lado pernicioso y preocupante: la ambición desmedida.

 

La gente de muchos medios, casi siempre, quieren tener más y más. A menudo olvidan que el lado bueno de la riqueza, lo que realmente nos hace felices, aparece cuando la usamos para hacer buenas obras y ayudar a nuestros vecinos.

 

Una riqueza alcanzada con honestidad es motivo de placer y satisfacción, pero también debe servir a la sociedad. Un Papa dijo con razón: "una hipoteca social pesa sobre toda riqueza".

 

¿Y por qué siempre queremos tener más? Vamos a controlarnos a nosotros mismos, no sea que seamos ambiciosos y codiciosos. Cuántas veces podemos prescindir de esto o aquello, porque sabemos bien que no todo lo que queremos es necesario.

 

También sabemos que nuestras necesidades son elásticas y varían según nuestra voluntad. Si las consideramos demasiado importantes, se estiran, se vuelven exigentes e imperiosas; si las ignoramos, se encogen e incluso desaparecen.

 

Para que el ansia de riqueza no nos abrume, imaginemos que no es tan necesario como para perturbar nuestra felicidad. Cuanto más pensamos que lo necesitamos, más pobres nos sentiremos.

 

Hoy, tratemos de afianzar en nosotros un concepto que es, sin duda, muy fuerte: "SER" trae mucha más felicidad que "TENER". El secreto es armonizar los dos. ¡Intentémoslo siempre! ¡Vale la pena!

 

¡Un abrazo!

sábado, 8 de agosto de 2020

Tu viaje


Cuando tenemos que hacer un viaje, nos preocupamos, esmeradamente, de todos los detalles y todas las posibilidades de imprevistos, previendo y tratando de tomar todas las medidas para que el viaje no se vea comprometido. En resumen: es fundamental que preveamos proporcionar.


Así, cuanto más largo y complicado es el viaje, mayores son las preocupaciones y más intensos los preparativos. Un poco de descuido puede significar comprometer el viaje e incluso una tragedia.


Ninguno de nosotros tiene ninguna duda de que en este mundo somos pasajeros de un gran viaje desde nuestro nacimiento. Y sabemos que es un viaje único, porque es nuestra vida, por tanto, la más importante.


¿Estamos haciendo todos los preparativos para este viaje, cuyo viaje nos llevará a la eternidad? Sabemos que al final del viaje, cosecharemos las recompensas de sembrar que hicimos libremente ante circunstancias adversas o no.


Por tanto, seamos prudentes organizándonos; ser previsores, atender nuestras necesidades y carencias, y no exponernos más allá de lo necesario. En esta vida el viaje es sin retorno, y al final seremos recompensados ​​o penalizados. Todo esta en nuestras manos.


Este día, tomemos un tiempo de nuestro día para evaluar este gran viaje nuestro llamado vida y hacer correcciones de rumbo, si corresponde. ¡Solo podemos ganar!


¡Un abrazo!

martes, 4 de agosto de 2020

Construye tus objetivos




Generalmente queremos que las cosas cambien, pero no tomamos la iniciativa para hacerlo. No queremos asumir la responsabilidad de comenzar este cambio por nuestra cuenta.

 

Somos los que debemos crear nuevos hechos en la vida, sembrando las buenas semillas del pensamiento, el deseo y la acción, para que podamos cosechar los frutos de las transformaciones que consideremos necesarias.

 

Decidimos cuáles son nuestros objetivos, cómo y cuándo comenzar a actuar. El destino no nos elige. Lo elegimos y depende de nosotros construirlo. Es personal e intransferible.

 

Solo recorreremos el mundo una vez, y cualquier contribución que podamos hacer para mejorarlo, tenemos que hacerlo ahora. Es la garantía de que el mundo después de nosotros será mejor de lo que es hoy, y para eso, en lugar de esperar o buscar oportunidades, debemos crearlas.

 

No nos hagamos ilusiones de que somos el resultado de los hechos que suceden a nuestro alrededor, somos nosotros quienes tenemos que crear los hechos, siendo los agentes de las transformaciones.

 

Escuchemos la voz de nuestra conciencia y hagamos todo lo posible para que los cambios provengan de nuestro interior, de nuestras convicciones.

 

Recordemos siempre, que cuando algo no sucede como esperábamos, somos optimistas porque, ¿quién garantiza que no podría haber sido mucho peor?

 

¡Un abrazo!


jueves, 30 de julio de 2020

¿Desear o sembrar?

Llegar a la luna

Esta confusión entre deseos y metas es normal. De hecho, cuando establecemos una meta y la alcanzamos, eso es el éxito. El dinero, la felicidad y la satisfacción son los consecuentes deseos de éxito.

Muchas personas viven solo queriendo ser o tener lo que es el resultado del éxito, ignorando que la vida no nos da lo que necesitamos, sino lo que plantamos. Por lo tanto, la lógica infalible no es "desear y tendrás", sino "sembrar y cosechar".

Y la cosecha puede llevar tiempo. Se necesita tiempo para que alguien tenga éxito, porque el éxito no es más que la recompensa natural por hacer algo bien, de manera eficiente y con el resultado esperado. El éxito se puede atribuir a todo lo que se hace, con un final feliz.

Pueden ser tareas simples o complejas. Y así, para lograr el éxito, primero establecemos nuestros objetivos; segundo, tenemos que trabajar duro y persistentemente para alcanzarlos de manera competente, sea cual sea la actividad que estemos haciendo.

Tenga en cuenta que somos una obra de arte de la naturaleza, incrustada en ella por el Arquitecto Supremo, que nos transforma de piedra tosca en la obra maestra de su creación.

¿Qué desafío nos plantea Dios, cada día? Cortamos, eliminamos el exceso, moldeamos nuestra escultura interior y, utilizando nuestro libre albedrío, definimos quién y cómo queremos ser. Está en nuestras manos!

Meditemos en eso, y todos tengamos un excelente día.

¡Un abrazo!

Siembra y recoge

miércoles, 29 de julio de 2020

Tú eliges


Nuestra vida está llena de contratiempos y dificultades. Pero, debemos ver estos reveses como oportunidades para el crecimiento personal y el aprendizaje en esta maravillosa escuela llamada "vida".

Nuestra conclusión sobre todo lo que nos sucede depende de cómo vemos, analizamos las cosas y las transmitimos a nuestra mente, cada episodio, cada contenido.

La tendencia a mirar solo el lado malo de las cosas nos convierte en pesimistas, incrédulos y sin la autoconfianza necesaria para trabajar en busca de nuestra felicidad y nuestro crecimiento, material y espiritual.

Al decir "No puedo" o "No puedo hacerlo", estamos dando una clara señal de debilidad y fragilidad espiritual y, por lo tanto, socavando nuestra capacidad de creer que podemos perseverar y obtener lo que queremos.

En esos momentos, pongámonos en las manos de Dios, con absoluta confianza, y decidamos sin pestañear: seguiré intentándolo porque quiero, puedo, soy capaz y triunfaré.

Si asimilamos las dificultades y decepciones con valor y decidimos enfrentarlas con optimismo, habremos absorbido la fortaleza insustituible de la vida, que es la esperanza y la fe.

La elección siempre será nuestra, y este es el poder que todos tenemos: el poder de la elección. Podemos elegir actuar con fe y esperanza o reaccionar con miedo y desesperanza.

Ahora tenemos una buena oportunidad para decidir nunca renunciar a nuestras convicciones y proyectos, porque solo perderemos si no lo intentamos. ¡Así que adelante!

¡Un abrazo!


martes, 28 de julio de 2020

AMOR verdadero


Si queremos ser felices, amémonos.

La mayoría de la gente no sabe el verdadero significado del amor. Limitan su amor a las pasiones o sentimientos que tienen cuando están enamorados. El amor es un sentimiento amplio que no se limita a una sola persona.

Por supuesto, el amor del esposo o la esposa se confunde con el placer y la alegría, pero en realidad, el amor es un sentimiento de sacrificio, practicado por personas dispuestas a renunciar a los deseos personales en beneficio de otras personas.

Mientras las personas no definan el amor, hasta que se den cuenta de que el amor es algo que no depende de la posesión, el egocentrismo, la planificación, el miedo a perder, la necesidad de ser correspondido, el amor no será amor.

El amor requiere abnegación, renuncia, otorgamiento y compasión. No busca riquezas o vanidades y se completa haciendo el bien y brindando momentos de felicidad a nuestro prójimo.

El amor es transparencia, pureza. No es falso y está unido con la verdad como dos caras de la misma moneda y es imposible separarlas. El amor es el resultado de nuestra comprensión de la espiritualidad divina que existe en todos nosotros.

Si queremos menos violencia en el mundo, más armonía entre las personas, menos envidia, celos, egoísmo, orgullo y más tolerancia, creemos más amor en nuestros corazones.

Este martes, recordando al apóstol Pablo, asegurémonos de que siempre quedarán tres cosas: fe, esperanza y amor. Pero el más grande de todos es el amor.

¡Un abrazo!

jueves, 23 de julio de 2020

Escoger bien




Las cosas malas no son lo peor que nos puede pasar. Lo peor que nos puede pasar es que NADA suceda.

Una vida fácil, sin sacrificios, sin obstáculos, nada nos puede enseñar, porque lo que importa es lo que aprendemos. Lo que aprendemos y cómo nos desarrollamos ante las dificultades.

Trazamos nuestras vidas por el poder de nuestras elecciones. Un pequeño cambio hoy puede conducir a un mañana profundamente diferente. Las recompensas son excelentes para aquellos que tienen el coraje de cambiar, pero estas recompensas no llegan de repente o de la noche a la mañana.

El premio por nuestras buenas elecciones proviene de nuestro trabajo, de la confianza que tenemos en nuestra capacidad y de nuestra persistencia en alcanzar las metas que establecemos. Nuestros resultados son el resultado de nuestras elecciones. Y se necesita tiempo y paciencia.

Generamos nuestros propios medios y obtenemos exactamente lo que buscamos. Somos responsables de la vida que creamos nosotros mismos. ¿Quién será el culpable o quién será elogiado, si no nosotros mismos?

Tomemos un tiempo, reflexionemos y hagamos una pregunta: ¿quién puede cambiar nuestras vidas en cualquier momento, si no nosotros mismos? Dios quiere que seamos felices y, por eso, nos ha dado el mayor bien, además de la vida, el libre albedrío. ¡Escojamos bien, por lo tanto!

lunes, 20 de julio de 2020

Mueve montañas




Nuestros deseos se miden por el grado de disposición que tenemos para cumplirlos. Cuanto más valioso sea el deseo para nosotros, mayor será nuestra voluntad de ganarlo, y esta intensidad es lo que determina, también, nuestra fe para lograrlo.

El primer paso para no llegar a donde queremos ir es decirnos a nosotros mismos que no tendremos éxito. Es bueno recordar la famosa frase de Henry Ford: "Si crees que puedes, puedes. Si crees que no puedes, tienes razón".

Nunca podemos imaginar llegar a la cima de la montaña si no creemos que sea posible escalarla. Las posibilidades de éxito en cualquier viaje dependen de la fe que tenemos en nosotros mismos y del grado de conocimiento que se utilizará para enfrentar y superar los obstáculos.

La mejor manera de desarrollar la autoconfianza es comenzar a hacer cosas que no estamos seguros de poder lograr.

En este caso, no nos importan demasiado los resultados, pero hacemos una evaluación de lo que hemos hecho y de lo que podemos hacer para mejorar.

Muchas personas, por no creer en su potencial, perdieron años, se preocuparon por lo que no podían hacer y terminaron sin lograr lo que realmente sabían.

Si queremos obtener resultados sólidos y constantes, la motivación que nos llevará a alcanzar la meta y alcanzar la meta, sin duda, vendrá de nuestro interior.

Que todos tengamos, con este lunes, el comienzo de una semana llena de paz, muchas alegrías y logros.

domingo, 19 de julio de 2020

A buen puerto

Nuestra existencia es como un gran barco. Tenemos el timón en nuestras manos, ya que Dios, al confiarnos el don de la vida, nos ha hecho timoneros únicos y responsables.

Entonces, no tengamos miedo de mirar lejos, estar atentos y, con gran prudencia, navegar con coraje y determinación.

Seamos sabios al usar el mayor bien que Dios nos ha dado, además de la vida, que es nuestro libre albedrío, y decidamos con cuidado y firmeza a qué destino queremos llegar, evaluando siempre si nos guiamos por la brújula infalible de equilibrio, amor y paz.

En el mar de la vida, hay muchos peligros disfrazados de calma. Seamos vigilantes para que, algún día, podamos atracar el barco de nuestra existencia en puerto seguro.

No olvidemos que, en espiritualidad, tendremos que dar cuenta del uso que hicimos del barco que nos fue confiado. Dios en su contabilidad justa hará el balance final de nuestras acciones, recompensándonos en la medida exacta de nuestro mérito.

Tan responsables como somos, tomemos un tiempo y reflexionando, confiemos en que cuando hagamos nuestra parte bien, Dios hará el resto. Él es nuestro Puerto Seguro!

viernes, 17 de julio de 2020

No a la desesperanza



No puede haber tristeza que pueda matar la esperanza. Cuando alguien baja la cabeza y dice que ha perdido la esperanza, Dios también puede bajar la cabeza y decir que ha perdido a alguien.

Si la debilidad domina nuestro espíritu, un anhelo nos asfixia, un problema nos aflige y sentimos que estamos en un camino aparentemente sin esperanza, recordemos el milagro de la vida, las oportunidades que nos rodean y creemos con gran fe en la fuerza de la esperanza que viene de arriba.

Es importante saber que hay una solución para todo, incluso para lo que creemos que es imposible, porque la desesperación socava nuestra fuerza, debilita la razón y ciega nuestro espíritu.

En estos momentos es necesario que abramos las ventanas de la mente y miremos el mundo que nos rodea, viendo los males y las penas de los demás, el hambre, la miseria, las enfermedades y tantos niños en las calles sin futuro ni vida. Allí, nos daremos cuenta de cuán pequeños son nuestros problemas y concluiremos que somos nosotros los que los hacemos más grandes con nuestra inexperiencia, pesimismo, falta de fe y esperanza, y ni siquiera recordamos la infalible protección divina.

Hagamos ejercicio de nuestra sabiduría, que no es solo para distinguir el bien del mal, sino también para saber cómo distinguir del mal, el problema más pequeño, y comenzar a derrotarlos uno por uno, ganando más fuerza y ​​experiencia cada día.

A partir de este momento, tengamos siempre presente que ninguna situación, ni siquiera nadie, merece nuestras lágrimas, porque quien las merezca nunca nos hará llorar.


martes, 7 de julio de 2020



No es difícil encontrar personas que, debido a la tristeza que llevan, parecen estar viviendo "por obligación".
De hecho, apenas "viven", simplemente "sostienen" la vida, viven con desánimo, desesperanza y la triste espera del "fin".
Con estas personas, sin embargo, y sin que se den cuenta, la vida sigue siendo exuberante, enseñando y elevando a quienes se regocijan con ella.
Creo que ha llegado el momento de tener un buen espíritu y trabajar para buscar la alegría y la energía que existe en todo.
Entonces, no nos dejemos frustrar con la vida. Si parece rutinario, con los días siempre iguales, con todo para repetir, escapémonos de esta ilusión.
La vida nunca es igual. Los días, las horas y los minutos nunca serán los mismos. Transformamos nuestras vidas, cuando observamos lo que sucede a nuestro alrededor y decidimos concluir buenas experiencias, alegrías y esperanzas.
Entonces, incluso si nos cuesta algo, vivamos felices. La vida es un espejo donde vemos lo que hacemos de nosotros mismos.
Reflexionemos bien este tema y decidamos con firmeza: "Trataré bien mi vida, porque esta responsabilidad es solo mía y soy capaz".
Sé feliz siempre.



miércoles, 1 de julio de 2020

¡No te rindas!




Hay momentos en la vida en los que nos encontramos en un cruce de carreteras sin saber qué dirección tomar, porque hay muchos caminos.

En estos momentos de incertidumbre, dudas e inseguridades, es inútil ir sin rumbo, es aconsejable ser cauteloso con paciencia y esperar el momento adecuado para avanzar con seguridad.

Dejemos ir la tensión y la desesperación y tomemos posesión de la brújula del discernimiento para tomar la decisión más sabia respaldada por nuestra fe y confianza en nosotros mismos.

A menudo, en las horas de tensión y angustia, no escuchamos nuestra intuición, y ahí es donde nos sentimos perdidos, desanimados y, a veces, perdiendo la fe y debilitando nuestro espíritu.

¡No te rindas! Busquemos la poderosa fuerza de Dios y no nos dejemos engañar pensando que estamos solos y abandonados. ¡No lo estamos! Dios nunca abandona a sus hijos. ¡La fe y la perseverancia es la clave!


lunes, 29 de junio de 2020

Confía en Él



Siempre debemos estar preparados para lo inevitable. Hay situaciones en la vida que no se pueden cambiar y, en otras circunstancias, ni siquiera se pueden evitar. Y por difícil que sea aceptarlos, es necesario saber cómo vivir con ellos.

La aceptación de un episodio de tristeza o angustia hará que el dolor sea más agradable, y llamamos a esto resignación. Y renunciar no es lo mismo que ser conformista, que acepta pasivamente todo. ¡No es!

Tener resignación es tener humildad, comprensión y paciencia. Por eso es muy importante saber cómo lidiar con hechos y situaciones en las que se puede hacer poco o nada. Rebelarse contra la Ley de la vida y contra Dios no es la actitud de quienes dicen creer en Él.

Somos probados durante todo el viaje terrenal, y debemos pasar estas pruebas porque no nos quedaremos en este viaje para siempre. Recordemos que somos estudiantes de la vida y será necesario y bueno que podamos obtener la aprobación.

Renunciemos y confiemos en el Maestro de Maestros, que es Dios, porque de Él recibimos las mejores lecciones de resignación y ennoblecimiento, en la certeza de la recompensa de la dicha eterna.

Recordemos, que el sufrimiento mejora nuestro espíritu y nos proporciona ricas lecciones de vida.

martes, 23 de junio de 2020

El poder de la palabra



Podemos sentir las formas más diversas de emociones: ira, anhelo, melancolía, tristeza, miedo, ansiedad, etc.

La emoción revuelve el espíritu, acelera o reduce el orden mental, provocando un desequilibrio en nuestras acciones y reacciones. En esos momentos, debemos esforzarnos por dominar la mente.

El dominio de la mente comienza cuando detenemos las palabras y medimos cada oración pronunciada, en una atmósfera de absoluta normalidad. Para eso, debes pensar despacio, calmar tus palabras y ser paciente.

De esta manera, llegaremos a la serenidad necesaria para controlar la situación, ordenar palabras con equilibrio y superar las crisis emocionales.

Lo que sale de la boca es la fuerza creativa y no hay forma de hacer que regrese. Por lo tanto, pensemos detenidamente antes de hablar, evitemos los excesos, que la verdad y el sentido común, regule el tono de nuestra voz y no sea grosero.

No cobramos ni buscamos responsables. Si nuestra mente busca soluciones, nos volvemos positivos. Y si busca razones, nos volvemos negativos.

Por lo tanto, pasemos más tiempo dándonos cuenta que soñando, haciendo que planeando, viviendo que esperando, porque, aunque casi muere, está vivo, casi vive, ya ha muerto.

Recordemos, con serenidad que: "La franqueza no consiste en decir todo lo que se piensa, sino en pensar todo lo que se dice".

domingo, 26 de noviembre de 2017

Domina tus impulsos con estos 5 consejos


dominar impulsos

¿Cuántas veces nos hemos arrepentido de haber actuado de una manera estando enfadados? ¿Cuantas veces en medio de una discusión nos hemos equivocado con nuestras palabras? La espontaneidad y los impulsos hacen que en determinadas ocasiones tengamos comportamientos de los que terminemos arrepintiéndonos. Controlar nuestros impulsos no es tarea fácil pero sí es posible.
Con estos consejos para dominar nuestros impulsos conseguiremos la serenidad suficiente para tomar el camino más sensato.

5 consejos para dominar tus impulsos:

1.- Silencio.

Antes de “saltar” frente a una situación que te resulte molesta, es mejor no contestar rápidamente. Céntrate en buscar una solución y no en echar más leña al fuego.

2.- Cuenta hasta diez (o hasta cien).

Toma unos minutos de reflexión. Piensa en las consecuencias de una contestación u otra y actúa con perspectiva.

3.- Ponte en el lugar de la otra persona.

Es tarea difícil, pero  intentar comprender el comportamiento de los demás te ayudará a controlar tus impulsos.

4.- Evita el “yo soy así”.

No todo vale aunque seas totalmente sincero y excusarte con que todo lo dices a la cara. La sinceridad no está reñida con la educación y deben decirse las cosas siempre con tacto, como te gustaría que te las dijesen a ti.

5.- Dale a tu mente el descanso que se merece.

En épocas de cansancio y estrés siempre estarás más irritable. Intenta dedicarte un tiempo para desconectar y relajarte.

domingo, 22 de enero de 2017

10 conductas frecuentes que tienes que evitar

A continuación te facilito una lista de actitudes y acciones que debes evitar totalmente si estás buscando el camino del éxito personal. En la vida hay que evitar algunas actitudes que sólo te acercan al fracaso personal.

Procastinar

Procastinar es el acto de dejar las cosas para después, seguramente alguna vez lo has hecho pero no es nada bueno, si puedes hacer algo hoy debes hacerlo, dejar las cosas para mañana solo hace que tu mente se vuelva perezosa. 

Culpar

Otra actitud muy fácil cuando fallas y obtienes resultados malos es echarle la culpa a otras personas, pero no es lo mejor. Debes admitir que el fallo fue tuyo y aceptar las consecuencias, solo así podrás aprender y hacerlo mejor después.

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