martes, 7 de julio de 2020



No es difícil encontrar personas que, debido a la tristeza que llevan, parecen estar viviendo "por obligación".
De hecho, apenas "viven", simplemente "sostienen" la vida, viven con desánimo, desesperanza y la triste espera del "fin".
Con estas personas, sin embargo, y sin que se den cuenta, la vida sigue siendo exuberante, enseñando y elevando a quienes se regocijan con ella.
Creo que ha llegado el momento de tener un buen espíritu y trabajar para buscar la alegría y la energía que existe en todo.
Entonces, no nos dejemos frustrar con la vida. Si parece rutinario, con los días siempre iguales, con todo para repetir, escapémonos de esta ilusión.
La vida nunca es igual. Los días, las horas y los minutos nunca serán los mismos. Transformamos nuestras vidas, cuando observamos lo que sucede a nuestro alrededor y decidimos concluir buenas experiencias, alegrías y esperanzas.
Entonces, incluso si nos cuesta algo, vivamos felices. La vida es un espejo donde vemos lo que hacemos de nosotros mismos.
Reflexionemos bien este tema y decidamos con firmeza: "Trataré bien mi vida, porque esta responsabilidad es solo mía y soy capaz".
Sé feliz siempre.



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