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viernes, 21 de mayo de 2021

Colas del HAMBRE

El acaparador del trigo no podrá abastecerse en la mesa, salvo unas rebanadas de pan, para satisfacer las exigencias de su hambre; y el dueño de la fábrica de telas solo dependerá de unos pocos metros de tela para confeccionar ropa para su propio uso.

Por lo tanto, nadie debe alimentarse y vestirse con los estándares de la gula y la vanidad, sino de acuerdo con los principios que rigen la vida en sus bases naturales.

¿Por qué esperar un banquete para ofrecer unas migajas al vecino hambriento? ¿Por qué primero acumular tesoros para ser útiles a los necesitados? La caridad no puede depender de lo que nos queda, porque es una fuente que nace del corazón.

Siempre es justo desear algo más que nos ayude a nosotros ya nuestro vecino en días difíciles e inseguros, sin embargo, es deplorable la subordinación de la práctica del bien a la caja fuerte disecada.

Abramos las puertas de nuestra alma y dejemos que nuestro sentimiento de simpatía brille para todos, así como el sol cuyos rayos iluminan, alimentan y calientan a todos indistintamente, o como la lluvia que, a cántaros, fertiliza la tierra y alimenta a miles de millones de vidas. .

Compartimos lo poco o mucho que tenemos con nuestros compañeros de viaje, y el significado de la buena voluntad, respaldada por el amor, eventualmente se convertirá en prosperidad común. Algunas semillas, regadas con mimo, a lo largo de los años forman un extenso bosque.

Por eso, siempre, con alegría, ayudemos a todos los que comparten la marcha con nosotros, porque según el Libro Sagrado, si tenemos la gracia de contar con pan y vestido para cada día, tenemos la obligación de VIVIR y SERVIR, en paz y alegría.

Meditemos un poco, este viernes, sobre la importancia equilibrada entre la búsqueda de la abundancia necesaria y la caridad redentora del compartir.

¡Un abrazo!



miércoles, 12 de agosto de 2020

SER o TENER

 



El deseo de poseer, aunque tiene un lado bueno, también tiene un lado pernicioso y preocupante: la ambición desmedida.

 

La gente de muchos medios, casi siempre, quieren tener más y más. A menudo olvidan que el lado bueno de la riqueza, lo que realmente nos hace felices, aparece cuando la usamos para hacer buenas obras y ayudar a nuestros vecinos.

 

Una riqueza alcanzada con honestidad es motivo de placer y satisfacción, pero también debe servir a la sociedad. Un Papa dijo con razón: "una hipoteca social pesa sobre toda riqueza".

 

¿Y por qué siempre queremos tener más? Vamos a controlarnos a nosotros mismos, no sea que seamos ambiciosos y codiciosos. Cuántas veces podemos prescindir de esto o aquello, porque sabemos bien que no todo lo que queremos es necesario.

 

También sabemos que nuestras necesidades son elásticas y varían según nuestra voluntad. Si las consideramos demasiado importantes, se estiran, se vuelven exigentes e imperiosas; si las ignoramos, se encogen e incluso desaparecen.

 

Para que el ansia de riqueza no nos abrume, imaginemos que no es tan necesario como para perturbar nuestra felicidad. Cuanto más pensamos que lo necesitamos, más pobres nos sentiremos.

 

Hoy, tratemos de afianzar en nosotros un concepto que es, sin duda, muy fuerte: "SER" trae mucha más felicidad que "TENER". El secreto es armonizar los dos. ¡Intentémoslo siempre! ¡Vale la pena!

 

¡Un abrazo!

martes, 4 de agosto de 2020

Construye tus objetivos




Generalmente queremos que las cosas cambien, pero no tomamos la iniciativa para hacerlo. No queremos asumir la responsabilidad de comenzar este cambio por nuestra cuenta.

 

Somos los que debemos crear nuevos hechos en la vida, sembrando las buenas semillas del pensamiento, el deseo y la acción, para que podamos cosechar los frutos de las transformaciones que consideremos necesarias.

 

Decidimos cuáles son nuestros objetivos, cómo y cuándo comenzar a actuar. El destino no nos elige. Lo elegimos y depende de nosotros construirlo. Es personal e intransferible.

 

Solo recorreremos el mundo una vez, y cualquier contribución que podamos hacer para mejorarlo, tenemos que hacerlo ahora. Es la garantía de que el mundo después de nosotros será mejor de lo que es hoy, y para eso, en lugar de esperar o buscar oportunidades, debemos crearlas.

 

No nos hagamos ilusiones de que somos el resultado de los hechos que suceden a nuestro alrededor, somos nosotros quienes tenemos que crear los hechos, siendo los agentes de las transformaciones.

 

Escuchemos la voz de nuestra conciencia y hagamos todo lo posible para que los cambios provengan de nuestro interior, de nuestras convicciones.

 

Recordemos siempre, que cuando algo no sucede como esperábamos, somos optimistas porque, ¿quién garantiza que no podría haber sido mucho peor?

 

¡Un abrazo!


lunes, 6 de julio de 2020

Las jefas de Estado que mejor han gestionado la pandemia


Hoy traigo a colación un artículo que es de justicia ser publicado y compartido pasa su máximo conocimiento.


De los 193 países que hay en el mundo solo 10 están liderados por mujeres. Sin embargo, siete de esas mujeres aparecen como 
las jefas de Estado que mejor han gestionado la pandemia del COVID-19 a la que se enfrenta actualmente todo el planeta. 
A lo largo de la historia, el hombre se ha encargado de arreglar el mundo mientras que la mujer se encargaba de arreglar la casa. Sin embargo, pese a estar relegadas a un segundo plano en la sociedad y, especialmente, en la política, ha habido mujeres que han conseguido dejar la huella del liderazgo femenino impresa en la historia. Cleopatra, Juana de Arco o la reina Victoria I de Inglaterra son solo algunos de los nombres que reflejan que las mujeres, cuando alcanzan el poder, también saben de liderazgo. 
Eso fue lo que demostró Emmeline Pankhurst, la líder sufragista, cuando a principio del siglo XX empezó a hacer campaña para conseguir el voto para las mujeres en Reino Unido. “Hechos, no palabras”, fue su lema. 
Una consigna que han emulado las siete mujeres que están al frente de algunos de los países que mejor están gestionando la pandemia del COVID-19. Desde el principio ofrecieron soluciones eficientes y se saltaron las fases de negación, ira y aceptación de la realidad que hemos visto atravesar a otros dirigentes mundiales. 

“Hechos, no palabras”
La forma en la que han actuado Alemania, Finlandia, Nueva Zelanda, Taiwán, Islandia, Dinamarca y Noruega se caracteriza por ofrecer a su país y a sus ciudadanos medidas efectivas, rápidas e inteligentes. Y ¿cuál es su denominador común? Que todos estos países están actualmente gobernados por mujeres. En los últimos días, medios como la cadena CNN o la revista Forbes -que publicó un informe basado en datos del Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés)- aseguraron que las respuestas de estos países fueron las “mejores” frente a la pandemia. 

Las cifras avalan su capacidad de gestión. En Alemania, Angela Merkel activó todos los recursos sanitarios del país y movilizó a todas las empresas de biotecnología y a las facultades de medicina de las universidades alemanas. ¿El resultado? Proporcionalmente, Alemania tiene menos contagiados y muertos que cualquier otro de los grandes países de la Unión Europea. 
Destaca también la creatividad de algunas de las medidas orientadas a frenar los contagios. Erna Solberg, primera ministra de Noruega, organizó una rueda de prensa dirigida exclusivamente a los niños. Contestó a todas sus preguntas sin ocultarles nada y les explicó que era normal que tuvieran miedo y que era necesario tomar precauciones. A día de hoy, los niños son los principales aliados del gobierno a la hora de animar a sus familias al confinamiento y a ser precavidos. 
Sanna María, primera ministra de Finlandia y la jefa de Estado más joven del mundo, usó a los influencers de las redes sociales como agentes para sensibilizar a la población. Fueron los encargados de difundir masivamente la información facilitada por el gobierno. Actualmente, en ambos países la cifra de fallecidos apenas supera los 200. 

Mujeres al frente de empresas 
El liderazgo femenino tiene mucho que aportar a la toma de decisiones. Más allá del ámbito político, en el mundo empresarial las consecuencias positivas de incluir a las mujeres en los altos puestos ya son incontestables. Existen todavía duros techos de cristal, pero en los consejos de administración de las grandes compañías el porcentaje de mujeres ha aumentado paulatinamente hasta situarse en el 20,6%, según Credit Suisse Research Institute (CSRI). 
Y esta incorporación arroja datos y análisis muy interesantes. De acuerdo con la escuela de negocios IE, la presencia de mujeres en los equipos directivos conlleva por lo general un mayor compromiso social y un estilo de liderazgo más participativo. Además, tres de cada cuatro empresas que han promovido la presencia de mujeres en cargos directivos han registrado un aumento de sus beneficios del 5% al 20%, según un análisis realizado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Por no mencionar que las empresas resaltan que una mayor presencia femenina ayuda a atraer y retener a profesionales con talento, y produce mejoras en materia de creatividad e innovación.
No se trata de una lucha de sexos, sino de compartir puntos de vistas y poner en común diferentes formas de hacer las cosas. Si solo la mitad de la población toma decisiones, estamos dejando fuera todo lo que tiene que aportar la otra mitad. 

En situaciones de crisis, gestión femenina
Sin embargo, ¿por qué son precisamente las mujeres quienes están gestionando mejor la pandemia del COVID-19? Los psicólogos Michelle K. Ryan y Alexander Halsan afirman que las mujeres están más dotadas que los hombres para hacer buena política, en especial en situaciones críticas
En su estudio ‘Reacciones al precipicio: diferencias de género en las explicaciones de la precariedad de las posiciones de liderazgo de las mujeres’, estos expertos aseguran que el liderazgo masculino está más ligado a la gestión mientras que el liderazgo femenino está más vinculado a la crisis. Es decir, cuando las cosas se ponen feas, lo más probable es que las capacidades asociadas al estereotipo de género femenino sean las necesarias para salir a flote o mitigar los efectos del desastre.

La importancia del discurso y la capacidad de negociación
Otro factor que tiene en común la gestión de estas siete dirigentes es que han conseguido una gran unidad política tanto a nivel regional como nacional. Además, se han ganado  la complicidad de toda la sociedad, que se enfrenta a la crisis con una gran confianza en sus gobiernos.
Arjen Boin, politólogo de la Universidad de Leiden (Países Bajos), y autor de ‘The politics of crisis management’ (las políticas de la gestión de crisis) afirma que durante situaciones de crisis, aparte de poner en marcha las medidas pertinentes, es necesario desarrollar una narrativa adecuada. En condiciones adversas el mejor aliado para un líder es un relato convincente que sea asumido por el conjunto de la población y permita, por tanto, tomar decisiones difíciles con el beneplácito de los ciudadanos. 
Los discursos de estas dirigentes fueron coherentes desde el principio: no hubo exceso de optimismo ni retórica belicista. Todas ellas cayeron en la cuenta de la necesidad de actuar con determinación frente al COVID-19 y así se lo trasladaron a los ciudadanos de sus países. 
Cuando Merkel se dio cuenta de la gravedad de la crisis se dirigió al país con un discurso memorable: “Desde la Segunda Guerra Mundial, no ha habido un desafío para nuestro país que dependa tanto de nuestra solidaridad común. Se puede contagiar el 70% de la población. Esto va en serio, tomémoslo en serio”. De acuerdo con la cadena ZDF, el 90% de los alemanes considera que el gobierno ha hecho un buen trabajo durante la pandemia
Tal vez resulte apresurado sacar conclusiones pero, si algo ha demostrado el liderazgo femenino durante esta crisis es que, pese a ser flagrantemente minoritario, los mejores resultados para sus sociedades los han logrado ellas, las mujeres.

miércoles, 1 de julio de 2020

¡No te rindas!




Hay momentos en la vida en los que nos encontramos en un cruce de carreteras sin saber qué dirección tomar, porque hay muchos caminos.

En estos momentos de incertidumbre, dudas e inseguridades, es inútil ir sin rumbo, es aconsejable ser cauteloso con paciencia y esperar el momento adecuado para avanzar con seguridad.

Dejemos ir la tensión y la desesperación y tomemos posesión de la brújula del discernimiento para tomar la decisión más sabia respaldada por nuestra fe y confianza en nosotros mismos.

A menudo, en las horas de tensión y angustia, no escuchamos nuestra intuición, y ahí es donde nos sentimos perdidos, desanimados y, a veces, perdiendo la fe y debilitando nuestro espíritu.

¡No te rindas! Busquemos la poderosa fuerza de Dios y no nos dejemos engañar pensando que estamos solos y abandonados. ¡No lo estamos! Dios nunca abandona a sus hijos. ¡La fe y la perseverancia es la clave!


jueves, 17 de febrero de 2011

El sector de la construcción como integrador social


trabajo para la juventud

Desde los años ochenta el sector de la construcción no sólo ha sido el principal pilar económico de nuestro país sino que también ha cumplido como un sector de integración social. Muchos oficios de la construcción siempre fueron mal vistos socialmente. Los principales motivos que motivaban esta percepción por parte de la sociedad fueron los trabajos denigrantes y los salarios. A esta percepción se añadía la inclusión de una parte de trabajadores de extratos sociales bajos o excluidos sociales. Los perfiles de los trabajadores del sector se dividían entre quienes por su formación no podían optar a otro trabajo pero aportaban profesionalidad y aquellos que su exclusión social les relegaba estos trabajos como única salida. Con las mejoras en los procesos productivos fruto de la evolución tecnológica el sector aumentó su productividad pero especialmente redujo la penosidad y dureza de las condiciones de trabajo.  Este cambio junto con el aumento del peso del sector en el PIB atrajo un gran volumen de mano de obra no cualificada. La externalización de todos los procesos productivos junto a la especialización derivó en mejores condiciones de trabajo y mayores retribuciones salariales.

martes, 4 de enero de 2011

Gota a gota se llena...

Fernando era un empresario de éxito, hasta que una grave equivocación, unida a la mayor crisis que se ha vivido desde la Gran Depresión, se llevó por delante su empresa. Como en el caso de tantos empresarios cuyos negocios cayeron, o como a tantos empleados que se quedaron sin trabajo, su vida daba un giro inesperado y tenía que adaptarse a las circunstancias.
Por suerte para él, el administrador concursal estimó, conforme al artículo 47 de la Ley Concursal, que establece el llamado ‘derecho a alimentos del deudor persona física’, que su sueldo mensual debía ser de 75.000 euros al mes, para que su ritmo de vida no se viese demasiado alterado.
Tiempos difíciles
He escogido a propósito este ejemplo extremo, basado en el caso de Fernando Martín, empresario que compró Fadesa, y cuya empresa constituyó después el mayor concurso de acreedores habido en España. Evidentemente, nada tiene que ver con la situación de los ciudadanos de a pie, que sufren mucho más los efectos de la crisis, pero quiero inducir a una reflexión a todos, puesto que cada uno, a su nivel, establece en cierta medida su “mínimo vital”.
Como hemos visto hace unos días la tasa de ahorro en España es habitualmente mucho más reducida que en Francia, y otros países de nuestro entorno como Gran Bretaña o Alemania, por ejemplo.

jueves, 30 de diciembre de 2010

La esperanza

Esperanza y amor verdadero
Hoy es el último día del año. Globalmente ha sido un año complicado. Basta con abrir un periódico o mirar los informatívos para darse cuenta de que el mundo sigue con los mismos problemas de los últimos siglos: conflictos armados, algunos de ellos corregidos y aumentados, las mismas desigualdades sociales y económicas; la misma desnutrición: las mismas enfermedades en muchas zonas del planeta; los mismos retos medioambientales; la misma falta de decisión y acuerdo para resolverlos.

En España ha sido el año del desempleo. Igual que con los éxitos deportivos de nuestros deportistas, también ahí hemos batido récords de difícil superación. El paro es una realidad prácticamente en todas las familias de esta “pobre” España y esa es una situación triste y muy preocupante para la que, en el corto plazo, no se vislumbran cambios. Lo dicho, ha sido un año extremadamente complicado.