martes, 30 de abril de 2013

En el principio ya existía el Verbo


Hace poco escribí una reflexión sobre el “PODER DE LAS PALABRAS”, y la acompañé con un vídeo muy ilustrativo, pero en ésta ocasión quiero profundizar en la comunicación entre seres que compartimos una parcela que es nuestro planeta tierra.
Durante el día pronunciamos más de 15 mil palabras, una parte de ellas las usamos para comunicarnos con los demás
El común de las personas nos agredimos continuamente con las palabras y no somos conscientes de ello, ya que pocas se atreven a manifestar en alto lo que están sintiendo en los momentos en los que se han visto heridas.
Las palabras tienen el poder de activar por ellas mismas el miedo, la ira, la soberbia… aunque no sea precisamente lo que deseamos. Es por ello que insisto “La forma en que nos comunicamos con frecuencia nos da lo contrario de lo que queremos”.
La torre de babel no es una historia del pasado, sino que sigue presente aquí y ahora. Nuestra forma de comunicarnos es arcaica y precisa una revisión porque genera más conflictos que paz. Si comprendemos que existe otra manera muy distinta de comunicarse y que esta favorece la salud y despliega la creatividad, entonces podremos comenzar a ganar destreza en el arte de crear verdaderos lazos emocionales con otros seres humanos.
Un nuevo nivel de conciencia pide otro tipo de lenguaje, pues ambos, van siempre de la mano.
Si las palabras salen de la boca solo llegarán a los oídos de la persona que escucha, pero si las palabras salen del corazón, también llegaran al corazón de quien las escucha. Si hablamos desde el corazón, estamos invitando a nuestro receptor a que haga su propia reflexión sobre aquello en lo que se sienta identificado.
Las relaciones con las personas que nos rodean son claves en nuestra vida, porque el ser humano es un ser en relación, por eso cualquier orientación que nos ayude a mejorar nuestra forma de interactuar con los demás va a tener un gran impacto en sus vidas y en las nuestras.

Juan 1:1 “En el principio ya existía el Verbo (la Palabra), y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios.

1 comentario:

  1. Muy bien tu reflexión. No me pierdo ninguna. Cuídate Q.H. Juan P.H.

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