En el Critón, Platón manifestó no saber qué es la justicia,
pero sí qué es la injusticia. Es, sin embargo, un punto de vista común entre
los filósofos que, aunque justicia e injusticia son interdependientes, es la
última la que prima cualitativamente, siendo por eso es difícil escribir sobre
la justicia y ponernos de acuerdo, lo que no ocurre cuando se trata de una
injusticia o falta de justicia.
Heráclito habría sido en Occidente el primer pensador en hablar del concepto de injusticia como cualidad primaria, idea que continuaría y asentaría Aristóteles en la cultura occidental.
Como vemos, la injusticia ha sido una compañera incómoda de la humanidad desde siempre. Muchos prefieren mirar hacia otro lado, pero la verdad es que nuestra inacción tiene consecuencias serias. Como dijo Martin Luther King Jr., "la injusticia en cualquier lugar es una amenaza a la justicia en todas partes". ¿No es esto algo que deberíamos tener muy presente en nuestro día a día?
Platón, hace siglos, nos alertó sobre el peligro de la indiferencia política. "El precio de desentenderse de la política es ser gobernado por los peores hombres", afirmó. ¿No les parece que esta frase sigue teniendo una vigencia asombrosa en nuestros tiempos? Los ciudadanos tenemos la responsabilidad de involucrarnos y exigir justicia y ética a nuestros gobernantes. La pasividad solo beneficia a aquellos que buscan el poder para su propio provecho.
Albert Einstein, por su parte, subrayó la importancia de actuar individualmente ante la maldad: "El mundo no está en peligro por las malas personas, sino por aquellas que permiten la maldad". ¿Cuántas veces hemos sido testigos de injusticias cotidianas y no hemos hecho nada? Nuestra falta de respuesta alimenta un ambiente donde las acciones dañinas se propagan. Es crucial que nos atrevamos a intervenir, aunque sea con un pequeño gesto.
Mahatma Gandhi, líder que transformó la lucha contra la opresión en un movimiento global, declaró: "La injusticia es la clave de todas las esclavitudes y la raíz de todos los sufrimientos". Su lucha pacífica nos recuerda que enfrentar la injusticia no siempre implica violencia, sino una convicción firme y un compromiso inquebrantable con la verdad y la justicia. ¿Estamos dispuestos a seguir su ejemplo?
Edmund Burke nos previno: "Lo único que necesita el mal para triunfar es que los hombres buenos no hagan nada". Esta afirmación es un llamado a la acción para todos aquellos que valoramos la moralidad y la justicia. No permitamos que la apatía o el miedo nos paralicen. ¿Qué podemos hacer hoy mismo para marcar la diferencia?
Nelson Mandela, símbolo de resistencia y perseverancia, afirmó que "superar la pobreza no es un gesto de caridad. Es un acto de justicia". Esta frase nos muestra que abordar las desigualdades no debe ser visto como un favor, sino como una obligación moral y ética hacia nuestros semejantes. ¿Estamos dispuestos a asumir esta responsabilidad?
En resumen, la lucha contra la injusticia nos compete a todos. Ignorarla o permanecer pasivos solo contribuye a que siga existiendo. Sigamos el ejemplo de los grandes pensadores y líderes del pasado, y comprometámonos a ser agentes de cambio en nuestra sociedad. Aseguremos que la justicia y la equidad sean una realidad para todos.
¿Qué opinas tú? ¿Crees que estamos haciendo lo suficiente para combatir la injusticia? ¿Qué acciones concretas podemos llevar a cabo en nuestro día a día?
Estoy plenamente de acuerdo amigo Manuel. En los tiempos actuales donde la información está determinada por las formas o medios donde se publican, tienen la fecha de caducidad en lo que tardan en cambiar de pagina. Alguien dijo que las redes están llenas de información, pero al público le falta formación. Entender la injusticia y hacer algo, por muy pequeño que sea, no está al alcance de todos infelizmente. Hay que adoctrinar al pueblo llano con verdades y argumentos positivos. La política es una mentira hecha a medida. La ignorancia de la sociedad son sus réditos, mientras una minoría analiza las mentiras hechas verdades por desalmados y piden la justicia que siempre soñaron. Un abrazo Manuel.
ResponderEliminarQuerido Manuel, comparto plenamente esas reflexiones añadiendo que, para intentar ser "justos" en la vida, hay que tener también ciertas dosis de honor, humildad, solidaridad y respeto, valores que, habitualmente, están relegados al ostracismo porque, si los aplicas, es más complicado alcanzar esas metas materiales que el "poder" te ofrece.
ResponderEliminar