sábado, 17 de febrero de 2024

Contratiempos y buen carácter

Cuántas desavenencias y dolores se originan por pequeños actos de rudeza de espíritu. Y las consecuencias, casi siempre, son mucho mayores de lo que podrían pensar quienes las provocan y, ciertamente, actuarían de otra manera si las supieran de antemano.

No cuesta mucho prestar más atención a lo que decimos o hacemos. Es necesario estudiar el momento, las circunstancias y, sobre todo, tener presente que nuestro prójimo, como nosotros, también es hijo de Dios, con sentimientos, conciencia y espíritu.

La buena conducta resulta del cultivo del buen carácter. Cuando respetamos la sensibilidad de los demás y somos considerados con ellos, tanto en pensamientos como en acciones, estamos almacenando bendiciones divinas para nuestras vidas e iluminando nuestros corazones con las luces de la nobleza espiritual.

Y no permitamos que estas luces se apaguen, ni siquiera si, a veces, la tristeza, las revueltas y el mal, a toda costa, quieren tomarnos el pulso y el rumbo de nuestras acciones. Ante los contratiempos, reflexionemos seriamente y reaccionemos con firmeza y mucho amor y, sobre todo, en silencio, hablemos con nuestro Creador. ¡Y todo se resolverá!

Estemos seguros de que es a través del poderoso silencio de nuestra conciencia que hablamos sinceramente con el Creador ¡Y Él nunca dejará de escucharnos!

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