miércoles, 27 de noviembre de 2013

Casualidad o causalidad

No es ésta la única ocasión en la que hablo de la dualidad casualidad/causalidad, pero me parece un tema de tanta profundidad reflexiva que, lo traigo nuevamente a colación acompañado de un vídeo que he encontrado en Youtube.
Continuamente he mantenido lo que a mi gran amigo Gabriel le gusta recordar que, no existen las casualidades, sino las causalidades. Que nada ocurre porque sí. Que las cosas ocurren por una razón, por una causa. A veces, incluso, por varias. Pero hasta ahora nunca había reflexionado profundamente sobre ello.
La causa de un objeto es aquello que lo origina; la explicación de por qué está ése objeto ahí, de cómo ha llegado hasta ahí. La causa de un objeto no es aquello para lo que ha sido creado; no es ni la explicación de PARA QUÉ está ahí, ni de cuál es su FINALIDAD. He aquí la gran diferencia: no es lo mismo explicar el por qué de un objeto (causa o causalidad) que explicar el para qué de un objeto (fin o finalidad).
Que todos poseamos un por qué no quiere decir que tengamos un para qué. Que poseamos causa no quiere decir que tengamos finalidad. Que estemos aquí por una causa y no por mera casualidad no quiere decir que tengamos destino.
Hablar de causalidad no es hablar de destino.
Estamos aquí POR una razón, por una causa; pero no PARA una razón en particular, para un fin.
Tengo causa. No sé cuál, pero la tengo, y eso no condiciona mi finalidad, mi futuro ni mi destino. No necesito conocer mi causa para poder elegir mi finalidad en la vida.
El poder de Dios, la evolución, la adaptación, un terremoto, un milagro… ¿Qué más da? La causa más inmediata y cercana de por qué estoy aquí es mucho más sencilla de comprender: el amor.
Estoy aquí porque dos personas se amaron, y de ese amor nací yo. Ése es mi por qué, mi causa. Mi destino, mi fin, está bajo mi decisión y es, al fin y al cabo, una de las pocas cosas que realmente me pertenecen.

2 comentarios:

  1. Quisiera que todas las personas que me conozcan, que todas las personas que conozca, saquen y se lleven lo mejor de mi. Si no, prefiero no conocerlas ni que me conozcan. Bermu.-

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  2. Muy interesante reflexión mi H:.
    Es la ley natural de causa y efecto.
    Gracias
    Carlos:.

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