lunes, 27 de mayo de 2013

Puentes que unen almas



"...podremos a veces no haber hecho grandes cosas; pero nos sentimos felices si hemos podido levantar un rústico puente, para que pasen, con menor esfuerzo, los que vienen siguiendo nuestros pasos."

      No hace mucho tiempo, dos hermanos que vivían en granjas adyacentes cayeron en un conflicto. Este fue el primer conflicto serio que tenían en 40 años de cultivar juntos hombro a hombro, compartiendo maquinaria e intercambiando cosechas y bienes en forma continua. Esta larga y beneficiosa colaboración terminó repentinamente. Comenzó con un pequeño malentendido y fue creciendo hasta llegar a ser una diferencia mayor entre ellos, hasta que explotó en un intercambio de palabras amargas seguido de semanas de silencio.
Una mañana alguien llamó a la puerta de Luís. Al abrir la puerta, encontró a un hombre con herramientas de carpintero. "Estoy buscando trabajo por unos días", dijo el extraño, "quizás usted requiera algunas pequeñas reparaciones aquí en su granja y yo pueda ser de ayuda en eso".
- "Sí" -dijo el mayor de los hermanos- "tengo un trabajo para usted. Mire al otro lado del arroyo aquella granja, ahí vive mi vecino, bueno, de hecho es mi hermano menor. La semana pasada había una hermosa pradera entre nosotros y el tomó su buldózer y desvió el cauce del arroyo para que quedara entre nosotros. Bueno, el pudo haber hecho esto para enfurecerme, pero le voy a hacer una mejor. ¿Ve usted aquella pila de desechos de madera junto al granero? Quiero que construya una cerca, una cerca de dos metros de alto, no quiero verlo nunca más."
El carpintero le dijo:
- "Creo que comprendo la situación. Muéstreme donde están los clavos y la pala para hacer los hoyos de los postes y le entregaré un trabajo que lo dejará satisfecho".
El hermano mayor le ayudó al carpintero a reunir todos los materiales y dejó la granja por el resto del día para ir por provisiones al pueblo. El carpintero trabajó duro todo el día midiendo, cortando, clavando. Cerca del ocaso, cuando el granjero regresó, el carpintero justo había terminado su trabajo.
El granjero quedó con los ojos completamente abiertos, su quijada cayó. ¡No había ninguna cerca de dos metros! En su lugar había un puente -¡un puente que unía las dos granjas a través del arroyo!- Era una fina pieza de arte, con pasamanos y todo.
En ese momento, su vecino, su hermano menor, vino desde su granja y abrazando a su hermano le dijo:
- "¡Eres un gran tipo, mira que construir este hermoso puente después de lo que he hecho y dicho!".
Estaban en su reconciliación los dos hermanos, cuando vieron que el carpintero tomaba sus herramientas.
- "¡No, espera!", le dijo el hermano mayor. "Quédate unos cuantos días. Tengo muchos proyectos para ti" , le dijo el hermano mayor al carpintero.
- "Me gustaría quedarme", dijo el carpintero, "pero tengo muchos puentes por construir".



:-)
:-)
:-)
Si me dicen que estás al otro lado
de un puente, por extraño que parezca
que estés al otro lado y que me esperes,

yo cruzaré ese puente.
Dime cuál es el puente que separa
tu vida de la mía,
en qué hora negra, en qué ciudad lluviosa,
en qué mundo sin luz está ese puente,
y yo lo cruzaré. 

2 comentarios:

  1. Pondero la sutil alacridad y la baraka de tu poema, de algún modo que por ineptitud y haraganería no he de explicar, hay una gran analogía entre el signo metahistóorico de JULIO CÉSAR (prefiguración de CRISTO , según PAPINI) entre tu puente y el que planifició y constuyó aobre el rio rhin, resultando JUSTO y PERFECTO, para destruirlo al instante de dicha comprobación. Los historiadores literales, lógicos se rascan la cabeza o postulan bajezas; lo metahistoriadores de fe saben que nos recordó que era PONTÍFICE...

    Faltaría glosar el modo de tu pontificio , ya lo parafrasea tu poema y la parábola que seleccionaste que nos lleva el tema primordial de la madera, las civilizaciones de madera, que junto a madre y medida, madera fuera la metáfora de la que provino MATERIA y de que JESÚS era literalmente EL CARPINTERO...

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