Nuestra vida está llena de contratiempos y dificultades. Pero, debemos ver estos reveses como oportunidades para el crecimiento personal y el aprendizaje en esta maravillosa escuela llamada "vida".
Nuestra conclusión sobre todo lo que nos sucede depende de cómo vemos, analizamos las cosas y las transmitimos a nuestra mente, cada episodio, cada contenido.
La tendencia a mirar solo el lado malo de las cosas nos convierte en pesimistas, incrédulos y sin la autoconfianza necesaria para trabajar en busca de nuestra felicidad y nuestro crecimiento, material y espiritual.
Al decir "No puedo" o "No puedo hacerlo", estamos dando una clara señal de debilidad y fragilidad espiritual y, por lo tanto, socavando nuestra capacidad de creer que podemos perseverar y obtener lo que queremos.
En esos momentos, pongámonos en las manos de Dios, con absoluta confianza, y decidamos sin pestañear: seguiré intentándolo porque quiero, puedo, soy capaz y triunfaré.
Si asimilamos las dificultades y decepciones con valor y decidimos enfrentarlas con optimismo, habremos absorbido la fortaleza insustituible de la vida, que es la esperanza y la fe.
La elección siempre será nuestra, y este es el poder que todos tenemos: el poder de la elección. Podemos elegir actuar con fe y esperanza o reaccionar con miedo y desesperanza.
Ahora tenemos una buena oportunidad para decidir nunca renunciar a nuestras convicciones y proyectos, porque solo perderemos si no lo intentamos. ¡Así que adelante!
¡Un abrazo!
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