Hay momentos
en la vida en los que nos encontramos en un cruce de carreteras sin saber qué dirección
tomar, porque hay muchos caminos.
En estos
momentos de incertidumbre, dudas e inseguridades, es inútil ir sin rumbo, es
aconsejable ser cauteloso con paciencia y esperar el momento adecuado para
avanzar con seguridad.
Dejemos ir
la tensión y la desesperación y tomemos posesión de la brújula del
discernimiento para tomar la decisión más sabia respaldada por nuestra fe y
confianza en nosotros mismos.
A menudo, en
las horas de tensión y angustia, no escuchamos nuestra intuición, y ahí es
donde nos sentimos perdidos, desanimados y, a veces, perdiendo la fe y
debilitando nuestro espíritu.
¡No te
rindas! Busquemos la poderosa fuerza de Dios y no nos dejemos engañar pensando
que estamos solos y abandonados. ¡No lo estamos! Dios nunca abandona a sus
hijos. ¡La fe y la perseverancia es la clave!
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