viernes, 24 de julio de 2020

Solo felicidad


 Feliz es el que degusta cuando come, ve cuando mira, duerme cuando se acuesta, comprende cuando reflexiona, se acepta a sí mismo y acepta la vida tal como es.

 Hay quienes dicen que la felicidad depende, en primer lugar, de la autosuficiencia, de no depender de la ayuda, de la opinión de los demás y, sobre todo, de no ser influenciado por nadie.

 ¿De verdad?  ¿Podemos imaginar a esa persona?

 Lao Tzé dijo: "Gran amor, gran sufrimiento; pequeño amor, pequeño sufrimiento; no amor, no sufrimiento".  ¿Podemos imaginarnos sin pasión, sin deseos?  ¿No sería la felicidad entendida de esta manera solo un señuelo, algo en contra de la naturaleza humana?

 Evidentemente que sí.  Sin amor, sin pasión, ¿qué sentido tendría la existencia?  La felicidad es proporcional al riesgo que corres.  Quien se protege contra el sufrimiento del amor, se protege contra la felicidad.

 Quien se vuelve invulnerable, deja su vida sin sentido.  El hombre feliz acepta ser vulnerable, acepta depender de los demás, incluso arriesga su felicidad, porque sabe que nadie es autosuficiente para vivir solo.

 Esta dependencia es intrínseca a la existencia humana, que no se justifica sin amor, sin la cual la vida nunca se hubiera sentido.

 Este viernes, comencemos el fin de semana pensando en la importancia del amor en todas sus formas y meditemos en esta frase de Ruth Renk: "No hay razón para tener miedo a las sombras. Simplemente indican que en algún lugar cercano  la luz brilla ".

 ¡Un abrazo!

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