jueves, 23 de julio de 2020

Escoger bien




Las cosas malas no son lo peor que nos puede pasar. Lo peor que nos puede pasar es que NADA suceda.

Una vida fácil, sin sacrificios, sin obstáculos, nada nos puede enseñar, porque lo que importa es lo que aprendemos. Lo que aprendemos y cómo nos desarrollamos ante las dificultades.

Trazamos nuestras vidas por el poder de nuestras elecciones. Un pequeño cambio hoy puede conducir a un mañana profundamente diferente. Las recompensas son excelentes para aquellos que tienen el coraje de cambiar, pero estas recompensas no llegan de repente o de la noche a la mañana.

El premio por nuestras buenas elecciones proviene de nuestro trabajo, de la confianza que tenemos en nuestra capacidad y de nuestra persistencia en alcanzar las metas que establecemos. Nuestros resultados son el resultado de nuestras elecciones. Y se necesita tiempo y paciencia.

Generamos nuestros propios medios y obtenemos exactamente lo que buscamos. Somos responsables de la vida que creamos nosotros mismos. ¿Quién será el culpable o quién será elogiado, si no nosotros mismos?

Tomemos un tiempo, reflexionemos y hagamos una pregunta: ¿quién puede cambiar nuestras vidas en cualquier momento, si no nosotros mismos? Dios quiere que seamos felices y, por eso, nos ha dado el mayor bien, además de la vida, el libre albedrío. ¡Escojamos bien, por lo tanto!

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