No debemos seguir con los ojos cerrados aquello que otras
personas piensan o dicen, incluso si ejercen una presión natural sobre
nosotros, como padres, maestros o jefes.
Especialmente cuando se trata de temas religiosos, es importante
escuchar también nuestra voz interior. Cuando algunos principios no están
claros para nosotros, debemos investigar, reflexionar, discutir o analizar.
Es esencial conocer el camino que estamos siguiendo y las
razones que nos impulsan, para conducirnos bien en la vida. Debemos sopesar
todo en nuestro equilibrio interno.
Hagamos la vida ligera y feliz. No es porque escuchemos el lamento
de alguien, diciendo que la vida es triste o aburrida, tenemos que verlo de esa manera. No nos
contentemos. No es normal vivir sin entusiasmo solo porque dicen que
"vivir es así".
¡No! No nos contentemos con una vida más o menos sin sentido.
¡Reaccionemos! Sentémonos con fortalezas internas, con alegrías que se
desarrollan desde dentro en sonrisas, palabras de optimismo y expresiones de
amor.
Busquemos la vida, porque está dentro de nosotros el poder de
alcanzar la felicidad. Además, está escrito en el Libro Sagrado: "Dios
quiere que vivamos la vida y que la vivamos en abundancia".
Que nuestros días estén llenos de mucho amor y muchas
acciones a favor de nuestra vida.
¡Nosotros los merecemos!
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