lunes, 10 de agosto de 2020

Transmutación mental


En la vida, no hay nada definitivo. Sin embargo, nos guiamos por tendencias, de acuerdo con nuestras fortalezas y debilidades, las cuales vienen determinadas por los momentos que vivimos.


Cuando sentimos dolor y tristeza, nuestro pensamiento nos lleva solo al lado malo de las cosas. Es un sentimiento natural, sin embargo, se puede controlar y modificar.


En esos momentos, tratemos de desviar la atención a diferentes cosas. Cerrando los ojos y controlando la respiración, esta actitud ayuda en el proceso de meditación, que tiene el propósito de "despejar" la mente, tratando de recordarnos cosas buenas.


Cuando superamos el dolor, las dudas y los miedos dan paso a la tranquilidad espiritual, relajando la tensión de la ansiedad. Un aliento renovador invade nuestras almas, soltando las ataduras de los malos pensamientos.


Veremos que, aceptando el dolor de forma natural, es posible sonreír, porque llegamos a comprender que es algo necesario para nuestro mejoramiento y fortalecimiento espiritual, de la misma manera que el estiércol maloliente germina la semilla de la flor que, pronto, nacerá hermosa. y fragante.


El dolor tiene un gran poder educativo: nos hace mejores, más misericordiosos, más capaces de encerrarnos en nosotros mismos y nos persuade de que esta vida no es un mero entretenimiento, sino un deber.


Con esto bien interiorizado, empecemos la semana recordando que nadie puede juzgarse infeliz en la adversidad, ni emborracharse en la prosperidad, porque una situación muchas veces es consecuencia de la otra.


Un abrazo!

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