jueves, 20 de agosto de 2020

La virtud de la paciencia

 


La paciencia ante situaciones que escapan a nuestro control, y que naturalmente actúan en contra de nuestra voluntad, no significa debilidad o incapacidad por nuestra parte. No deberíamos pensar así.

 

La resignación es una actitud propia de los humildes de espíritu; es una postura que solo quienes confían en Dios y han aprendido de la vida, saben utilizarla.

 

No tiene sentido indignarse o enfurecerse contra lo que llamamos mala suerte, porque es usando la paciencia que las cosas se arreglan.

 

¡Creamos!, entreguémonos al Creador y las cosas pronto se unirán para mejor.

 

¡Y atención! No nos dejemos llevar por el falso concepto de resignación. Resignación es aceptar las cosas como son, pero tratar de hacer lo mejor que podamos para transformarlas.

 

Resignarse es tener mucha paciencia. Es buscar, con sabiduría, tiempo para respirar y tomar un nuevo aliento para afrontar desafíos y pruebas, con mayor energía.

 

La paciencia es una noble virtud. Practiquemos esta virtud en nuestro día a día, porque con el tiempo será parte de nuestra personalidad, de forma natural y definitiva.

 

Este jueves, recordemos que somos los más beneficiados actuando con paciencia.

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