Cuando tenemos que hacer un viaje, nos preocupamos, esmeradamente, de todos los detalles y todas las posibilidades de imprevistos, previendo y tratando de tomar todas las medidas para que el viaje no se vea comprometido. En resumen: es fundamental que preveamos proporcionar.
Así, cuanto más largo y complicado es el viaje, mayores son las preocupaciones y más intensos los preparativos. Un poco de descuido puede significar comprometer el viaje e incluso una tragedia.
Ninguno de nosotros tiene ninguna duda de que en este mundo somos pasajeros de un gran viaje desde nuestro nacimiento. Y sabemos que es un viaje único, porque es nuestra vida, por tanto, la más importante.
¿Estamos haciendo todos los preparativos para este viaje, cuyo viaje nos llevará a la eternidad? Sabemos que al final del viaje, cosecharemos las recompensas de sembrar que hicimos libremente ante circunstancias adversas o no.
Por tanto, seamos prudentes organizándonos; ser previsores, atender nuestras necesidades y carencias, y no exponernos más allá de lo necesario. En esta vida el viaje es sin retorno, y al final seremos recompensados o penalizados. Todo esta en nuestras manos.
Este día, tomemos un tiempo de nuestro día para evaluar este gran viaje nuestro llamado vida y hacer correcciones de rumbo, si corresponde. ¡Solo podemos ganar!
¡Un abrazo!
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