jueves, 20 de agosto de 2020

La virtud de la paciencia

 


La paciencia ante situaciones que escapan a nuestro control, y que naturalmente actúan en contra de nuestra voluntad, no significa debilidad o incapacidad por nuestra parte. No deberíamos pensar así.

 

La resignación es una actitud propia de los humildes de espíritu; es una postura que solo quienes confían en Dios y han aprendido de la vida, saben utilizarla.

 

No tiene sentido indignarse o enfurecerse contra lo que llamamos mala suerte, porque es usando la paciencia que las cosas se arreglan.

 

¡Creamos!, entreguémonos al Creador y las cosas pronto se unirán para mejor.

 

¡Y atención! No nos dejemos llevar por el falso concepto de resignación. Resignación es aceptar las cosas como son, pero tratar de hacer lo mejor que podamos para transformarlas.

 

Resignarse es tener mucha paciencia. Es buscar, con sabiduría, tiempo para respirar y tomar un nuevo aliento para afrontar desafíos y pruebas, con mayor energía.

 

La paciencia es una noble virtud. Practiquemos esta virtud en nuestro día a día, porque con el tiempo será parte de nuestra personalidad, de forma natural y definitiva.

 

Este jueves, recordemos que somos los más beneficiados actuando con paciencia.

miércoles, 19 de agosto de 2020

La Piedra Filosofal



Hubo un tiempo lejano en que los hombres se dedicaron al estudio y la práctica de la alquimia.

La alquimia es la expresión externa de la filosofía hermética aplicada mediante la magia a los seres de la Naturaleza, excluyendo a los animales, incluido el hombre; actúa sobre minerales y vegetales. Sin embargo, al descubrir la "piedra filosofal", con ella se forma el "elixir de la vida", con el propósito de darle longevidad.

Esta piedra filosofal ”sería una composición química y tendría la virtud de transformar los metales básicos en oro y plata.

Sin embargo, después de siglos, el hombre no ha logrado lo que preconizaba la alquimia, ni siquiera los laboratorios técnicamente más sofisticados.

El Ser humano debe preocuparse por lo racional y no esperar milagros con el manejo de sustancias químicas.

El elixir de una larga vida es la templanza; una vida sobria, sin excesos, sin adicciones provocadas por drogas nocivas, un comportamiento equilibrado y saludable, como es el lema: Mens sana in corpore sano.

Los alquimistas son simplemente nociones pasadas que no nos han servido de nada.

 

miércoles, 12 de agosto de 2020

SER o TENER

 



El deseo de poseer, aunque tiene un lado bueno, también tiene un lado pernicioso y preocupante: la ambición desmedida.

 

La gente de muchos medios, casi siempre, quieren tener más y más. A menudo olvidan que el lado bueno de la riqueza, lo que realmente nos hace felices, aparece cuando la usamos para hacer buenas obras y ayudar a nuestros vecinos.

 

Una riqueza alcanzada con honestidad es motivo de placer y satisfacción, pero también debe servir a la sociedad. Un Papa dijo con razón: "una hipoteca social pesa sobre toda riqueza".

 

¿Y por qué siempre queremos tener más? Vamos a controlarnos a nosotros mismos, no sea que seamos ambiciosos y codiciosos. Cuántas veces podemos prescindir de esto o aquello, porque sabemos bien que no todo lo que queremos es necesario.

 

También sabemos que nuestras necesidades son elásticas y varían según nuestra voluntad. Si las consideramos demasiado importantes, se estiran, se vuelven exigentes e imperiosas; si las ignoramos, se encogen e incluso desaparecen.

 

Para que el ansia de riqueza no nos abrume, imaginemos que no es tan necesario como para perturbar nuestra felicidad. Cuanto más pensamos que lo necesitamos, más pobres nos sentiremos.

 

Hoy, tratemos de afianzar en nosotros un concepto que es, sin duda, muy fuerte: "SER" trae mucha más felicidad que "TENER". El secreto es armonizar los dos. ¡Intentémoslo siempre! ¡Vale la pena!

 

¡Un abrazo!

martes, 11 de agosto de 2020

Optimismo



Hay gente rica que vive infeliz y se pregunta por qué están en este mundo, y otros, pobres, que se sienten alegres y muy felices con la vida.


La diferencia entre ellos radica en la forma en que se dejan tocar por los acontecimientos y confían en el contenido de sus intenciones.


¿En qué dirección vamos? ¿Para quién hacemos las cosas? ¿Cómo nos comportamos cuando los esfuerzos que hacemos son en vano? Todo depende de la intención con la que vivamos y actuemos. La buena intención lo vale.


Si tenemos un proyecto de vida, aunque sea pequeño, y lo llevamos a cabo con buena intención, el éxito está asegurado. Si aparecen obstáculos en el transcurso del proyecto, la buena intención gana aún más importancia y valor. Y nos hace grandes.


La intención es buena, cuando nuestro principal pensamiento es ayudarnos a nosotros mismos, sin perjuicio de los demás; o, mejor aún, ayudar a otros sin esperar una recompensa.


La buena intención es un camino de flores que nos lleva a una vida mejor. Entonces, ¡tengamos un excelente día, lleno de optimismo!


¡Un abrazo!

lunes, 10 de agosto de 2020

Transmutación mental


En la vida, no hay nada definitivo. Sin embargo, nos guiamos por tendencias, de acuerdo con nuestras fortalezas y debilidades, las cuales vienen determinadas por los momentos que vivimos.


Cuando sentimos dolor y tristeza, nuestro pensamiento nos lleva solo al lado malo de las cosas. Es un sentimiento natural, sin embargo, se puede controlar y modificar.


En esos momentos, tratemos de desviar la atención a diferentes cosas. Cerrando los ojos y controlando la respiración, esta actitud ayuda en el proceso de meditación, que tiene el propósito de "despejar" la mente, tratando de recordarnos cosas buenas.


Cuando superamos el dolor, las dudas y los miedos dan paso a la tranquilidad espiritual, relajando la tensión de la ansiedad. Un aliento renovador invade nuestras almas, soltando las ataduras de los malos pensamientos.


Veremos que, aceptando el dolor de forma natural, es posible sonreír, porque llegamos a comprender que es algo necesario para nuestro mejoramiento y fortalecimiento espiritual, de la misma manera que el estiércol maloliente germina la semilla de la flor que, pronto, nacerá hermosa. y fragante.


El dolor tiene un gran poder educativo: nos hace mejores, más misericordiosos, más capaces de encerrarnos en nosotros mismos y nos persuade de que esta vida no es un mero entretenimiento, sino un deber.


Con esto bien interiorizado, empecemos la semana recordando que nadie puede juzgarse infeliz en la adversidad, ni emborracharse en la prosperidad, porque una situación muchas veces es consecuencia de la otra.


Un abrazo!

sábado, 8 de agosto de 2020

Tu viaje


Cuando tenemos que hacer un viaje, nos preocupamos, esmeradamente, de todos los detalles y todas las posibilidades de imprevistos, previendo y tratando de tomar todas las medidas para que el viaje no se vea comprometido. En resumen: es fundamental que preveamos proporcionar.


Así, cuanto más largo y complicado es el viaje, mayores son las preocupaciones y más intensos los preparativos. Un poco de descuido puede significar comprometer el viaje e incluso una tragedia.


Ninguno de nosotros tiene ninguna duda de que en este mundo somos pasajeros de un gran viaje desde nuestro nacimiento. Y sabemos que es un viaje único, porque es nuestra vida, por tanto, la más importante.


¿Estamos haciendo todos los preparativos para este viaje, cuyo viaje nos llevará a la eternidad? Sabemos que al final del viaje, cosecharemos las recompensas de sembrar que hicimos libremente ante circunstancias adversas o no.


Por tanto, seamos prudentes organizándonos; ser previsores, atender nuestras necesidades y carencias, y no exponernos más allá de lo necesario. En esta vida el viaje es sin retorno, y al final seremos recompensados ​​o penalizados. Todo esta en nuestras manos.


Este día, tomemos un tiempo de nuestro día para evaluar este gran viaje nuestro llamado vida y hacer correcciones de rumbo, si corresponde. ¡Solo podemos ganar!


¡Un abrazo!

martes, 4 de agosto de 2020

Construye tus objetivos




Generalmente queremos que las cosas cambien, pero no tomamos la iniciativa para hacerlo. No queremos asumir la responsabilidad de comenzar este cambio por nuestra cuenta.

 

Somos los que debemos crear nuevos hechos en la vida, sembrando las buenas semillas del pensamiento, el deseo y la acción, para que podamos cosechar los frutos de las transformaciones que consideremos necesarias.

 

Decidimos cuáles son nuestros objetivos, cómo y cuándo comenzar a actuar. El destino no nos elige. Lo elegimos y depende de nosotros construirlo. Es personal e intransferible.

 

Solo recorreremos el mundo una vez, y cualquier contribución que podamos hacer para mejorarlo, tenemos que hacerlo ahora. Es la garantía de que el mundo después de nosotros será mejor de lo que es hoy, y para eso, en lugar de esperar o buscar oportunidades, debemos crearlas.

 

No nos hagamos ilusiones de que somos el resultado de los hechos que suceden a nuestro alrededor, somos nosotros quienes tenemos que crear los hechos, siendo los agentes de las transformaciones.

 

Escuchemos la voz de nuestra conciencia y hagamos todo lo posible para que los cambios provengan de nuestro interior, de nuestras convicciones.

 

Recordemos siempre, que cuando algo no sucede como esperábamos, somos optimistas porque, ¿quién garantiza que no podría haber sido mucho peor?

 

¡Un abrazo!


sábado, 1 de agosto de 2020

No hay felicidad sin amor.


La mayoría de las personas buscan la felicidad en la complejidad de las cosas y, casi siempre, afuera, en algo o en alguien.

 

Piensan, por ejemplo, que la riqueza y el éxito son fórmulas que garantizan la felicidad cuando, de hecho, este es el resultado. Otros, menos ambicioso, concluyen que el solo hecho de estar sano es suficiente felicidad en sus vidas.

 

La salud es una condición necesaria para la vida y está disponible para la mayoría de los seres humanos, sin embargo, muchas personas, a pesar de la buena salud, no están contentas.

 

La felicidad no se encuentra en las cosas, en las personas o en la riqueza, ni, simplemente, en la salud. Para ser felices, necesitamos: hacer las cosas bien, amar lo que hacemos bien y ser pacientes a la espera del resultado. La felicidad viene!

 

El secreto es que la verdadera felicidad está dentro de nosotros, en la simplicidad de los pequeños actos de bondad hacia nosotros y hacia nuestro prójimo, anclados en el amor fraternal incondicional. No hay felicidad sin amor.

 

Es esencial que los gestos y las actitudes optimicen la felicidad. Hacer el bien a los demás, sorprender a tu ser querido, ser útil en las tareas diarias y cumplir con nuestros deberes, son pequeñas cosas que nos hacen felices.

 

Para ser feliz, no es necesario tener nuestra mente en la riqueza, sino traer cosas ricas a nuestra mente. Nuestra espiritualidad es la esencia de nuestra vida, y el lado material muestra la forma de su manifestación.

 

Hoy, recuerda que cuanto más poblamos nuestras vidas con pensamientos cargados de amor por todos los que nos rodean, mejor viviremos juntos y más felices seremos.

 

¡Un abrazo!


Domina tus emociones


Podemos sentir las formas más diversas de emociones: ira, anhelo, melancolía, tristeza, miedo, ansiedad, etc.

 

La emoción revuelve el espíritu, acelera o reduce el orden mental, provocando un desequilibrio en nuestras acciones y reacciones. En esos momentos, debemos esforzarnos por dominar la mente.

 

El dominio de la mente comienza cuando detenemos las palabras y medimos cada oración pronunciada, dentro de una atmósfera de absoluta normalidad. Para hacer esto, debes pensar despacio, calmar tus palabras y ser paciente.

 

De esta manera, llegaremos a la serenidad necesaria para controlar la situación, ordenar palabras con equilibrio y superar las crisis emocionales.

 

Lo que sale de la boca es la fuerza creativa y no hay forma de hacer que regrese. Por lo tanto, pensemos detenidamente antes de hablar, evitemos los excesos, rijámonos por la verdad y el sentido común, regulemos el tono de nuestra voz y no seamos groseros.

 

No cobramos represalias ni buscamos responsables. Si nuestra mente busca soluciones, nos volvemos positivos. Y si busca razones, nos volvemos negativos. Por lo tanto, pasemos más tiempo conscientes que soñando, haciendo que planeando, viviendo que esperando.

 

Recordemos con serenidad que: "La franqueza no consiste en decir todo lo que se piensa, sino en pensar todo lo que se dice".

 

¡Un abrazo!