miércoles, 18 de mayo de 2022

Supera el estrés



El ser humano tiene una tendencia innata a normalizar las situaciones en que se ve envuelto. Por eso a veces es difícil identificar el impacto que este mundo estresante en el que vivimos tiene en nuestra salud.

Mucho se ha hablado del estrés y de sus consecuencias devastadoras para la salud.

Desafortunadamente vivimos cada día experiencias estresantes, incorporando esta ansiedad como parte de nuestra rutina.

Que nuestras vidas nos parezcan normales nos impide ver muchas veces ver las consecuencias de eso que normalizamos. Vamos llenando de a poco el vaso que nos contiene, “esperando” a la última gota para explotar y tomar medidas.

Vivimos en una cultura que socava constantemente nuestras vías de conexión y no siempre tenemos la facilidad de cambiar nuestras circunstancias de vida. Por eso es fundamental encontrar la forma de equilibrar la respuesta al estrés excesivo. Sin duda, identificado el estrés o no, conviene seguir algún programa de prevención o reducción del estrés. Hay muchas formas de combatirlo que son relativamente sencillas. Desde la práctica de la meditación a la práctica de ejercicio regular. Pero, no todos los sistemas funcionan para todo el mundo, por eso es importante encontrar el propio y ejercitarlo.

Mi consejo es simple, aunque en ocasiones, nos parezca difícil de llevar a la práctica.

Hagamos tiempo para nosotros, tiempo para nuestra familia y tiempo para nuestros amigos. Esta práctica evita el agotamiento físico, y el más devastador es el agotamiento mental. Casi siempre subestimamos la importancia del descanso que debemos darle a la mente, cuya recuperación es más lenta.

Según la propia Biblia, "Nadie puede servir a dos señores". Cuando dedicamos un tiempo excesivo al trabajo, por ejemplo, es seguro que descuidaremos otras necesidades, por falta de tiempo o por agotamiento físico.

Del mismo modo que, por costumbre u obligación, tenemos tiempo para despertarnos, trabajar, almorzar, etc. una cita con los amigos.

El trabajo es importante para el sustento y el crecimiento, pero ojo, porque la mayor recompensa de nuestro trabajo no es el salario, sino en qué nos transforma. Relajemos nuestra mente, para usarla más y mejor.

Nuestra mente también necesita unas vacaciones. Si no podemos viajar, vamos al cine; a algún entretenimiento saludable, o incluso a leer un libro. Estas prácticas, además de alejar nuestra mente de problemas innecesarios, pueden asegurar una mejor calidad de vida.

Recordemos que “Si el futuro nos preocupa demasiado y el pasado nos aprisiona, el presente se nos escapa. Por eso, de vez en cuando, decidimos “perder” un poco de tiempo con nosotros mismos”. Y, sin embargo, es mejor disfrutar de la supervivencia que simplemente sobrevivir.

Desde este momento, disfrutemos de nuestra supervivencia, con mucha alegría y paz. ¡Nosotros lo merecemos!

Dedicado a Mónica Martínez García

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