lunes, 14 de octubre de 2013

Todo a su debido tiempo

Amanecer en Estepona
Desconozco si a ustedes le pasa, pero a veces tengo la sensación de ir demasiado deprisa a los sitios, que necesito hacer más, aprovechar más el tiempo y que en un hueco que hay en la agenda hay que meter algo nuevo que hacer. Pronto algún moralista diría que tengo el riesgo de caer en el activismo. Pero eso ahora no es la cuestión. Voy al diagnóstico de los hechos y luego analizaremos cómo lo podemos arreglar.
En ocasiones tengo la impresión, como les cuento, por ejemplo cuando disfruto de un café a la orilla del mar o de una cervecita con los amigos, que debe pasar más rápido el tiempo para llegar antes a la próxima cita con la agenda. Digamos que tengo la sensación de vivir acelerado. Precisamente a la orilla del mediterráneo en una de estas tardes bellas que el otoño nos está regalando y el sol del atardecer se colorea como anaranjado me ayudó mucho precisamente un comentario que surgió sobre los bailes latinos, tango, salsa… Un, dos tres, cinco, seis, siete.
Amanecer en Estepona 2

Por mucho que queramos correr, el compás es el compás; el ritmo es el ritmo y por muy rápido que quisiéramos dar los pasos y correr más la salsa sigue con su ritmo. La vida sigue con su ritmo. Y por muy rápido que queramos hacer las cosas el sol sigue saliendo, más o menos a la misma hora, y poniéndose, más o menos a la misma hora. El ritmo que queremos imprimir a la vida pasa necesariamente por la misma vida. Por muy rápido que queramos cambiar, todo tiene su tiempo. Por muy rápido que deseemos mejorar, todo tiene su ritmo, su compás.
El tiempo está para servir de medida no para ser esclavos del tiempo, apretándolo hasta que se desemboca en el estrés, ansiedad… y finalmente depresión. Es cierto que la pereza es una tendencia que es buena desterrar. Pero una cosa es la pereza y otra es que apenas nos de tiempo de saborear todo lo que de bueno cabalga con el tiempo, todo lo que de bello nos regala el nuevo día, la jornada que progresivamente se va desplegando frente a nuestros ojos. Tenemos todo un día por delante, por eso te sugiero que lo disfrutemos a ritmo de salsa, a ritmo de vida, poniendo la atención en cada cosa que hagamos. Que ya llegará el próximo compás.

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