viernes, 28 de enero de 2011

Amor, amor

Después de estas fiestas navideñas, me parece recurrente el tema del amor fraternal y lo verdaderamente importante para alimentar nuestras vidas. Nada mejor que utilizar un cuento.
La historia cuenta que había dos hermanos que se querían con toda el alma.
Ambos eran agricultores. Uno se casó y el otro permaneció soltero.
Decidieron seguir repartiendo toda su cosecha a medias.
Una noche el soltero soñó: ¡No es justo! Mi hermano tiene mujer e hijos y recibe la misma proporción de cosecha que yo que estoy solo. Iré por las noches a su montón de trigo y le añadiré varios sacos sin que él se de cuenta.
A su vez el hermano casado soñó también una noche: ¡No es justo! Yo tengo mujer e hijos y mi futuro estará con ellos asegurado. A mi hermano, que está solo, ¿quién lo ayudará? Iré por las noches a su montón de trigo y le añadiré varios sacos sin que se de cuenta.  
Así lo hicieron ambos hermanos. Y ¡oh, sorpresa!, Ambos se encontraron en el camino, una misma noche, portando sacos una para el otro. 
Se miraron, comprendieron lo que pasaba y se abrazaron con un abrazo de hermano, aún más fuerte, y para siempre.
A veces, es necesario hacer un alto en nuestra vida y revalorizar las bendiciones que tenemos al contar con un hermano, es esencial, como buenas personas, amarnos y procurarnos como tales.
No podemos dar testimonio de Vida, si no amamos a los que están más cerca de nosotros. Tenemos que practicar la  caridad consciente, la entrega y el respeto, dando ejemplo a los demás y sin esperar recompensa alguna.
 
Hoy es un buen día para empezar.

1 comentario:

  1. ¡Pedaso de historia HERMANO! Preciosa de verdad, me ha llegado al alma.

    Ya sabes, si necesitas un saco de trigo dónde encontrarme. ;)

    Saludos y Suerte, Fran.

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