¡Dios mío! Envíanos algunos locos,
de aquellos que se comprometen a fondo, de aquellos que se olvidan de sí mismos, de aquellos que saben amar con obras y no con palabras... de aquellos que se entregan verdaderamente hasta el fin.
Nos hacen falta locos, desafinados, apasionados, personas capaces de dar el salto en el vacío inseguro, desconocido y cada día más profundo de la pobreza;
aquellos que saben aceptar la masa anónima,
sin deseo de utilizarla como escabel;
aquellos que no utilizan para su servicio al prójimo.
Nos hacen falta locos,¡Dios mío!.
Locos en el presente, enamorados de una forma de vida sencilla, liberadores del pobre, amantes de la paz, libres de compromisos, decididos a no hacer nunca traición, despreciando su propia comodidad, o su vida, plenamente decididos por la abnegación, capaces de aceptar toda clase de tareas, de partir dondequiera que sea por disciplina, al mismo tiempo libres y obedientes, espontáneos y tenaces, alegres, dulces y fuertes."
A los locos del presente probablemente la historia calificará como genios en el futuro… ¿Locos? ¿Visionarios? ¿Adelantados a su tiempo? Quizás. O quizás simplemente hombres y mujeres que viven desde el interior, que escuchan su propia naturaleza, la voz de su conciencia y siguen su propio camino. Ojalá nos volviéramos todos locos de remate… A lo mejor haríamos de este mundo un lugar mejor. Por que ahora mismo vivimos en otra locura global, desgarradora y cruel. Una locura sin alma.
ResponderEliminar¿Qué clase de locura preferimos? ¿La de la destrucción de la naturaleza, la de la guerra, la de la obsesión por la riqueza y el poder?
Yo quiero ser uno de esos locos que propone este post, parecerme un poco siquiera a esos genios que la historia nos ha dado y que en su día fueron llamados locos.
Estoy de acuerdo con Rubben. Me gustaría parecerme un poco a los genios que nos dio la historia pasada y la presente.
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