En el Evangelio de Marcos, encontramos la siguiente frase:
“Uno de los escribas se acercó a Jesús y le preguntó: ‘¿Cuál
es el primero de todos los mandamientos?’ Jesús respondió: ‘El primero es:
Escucha, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es. Amarás al Señor, tu
Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todo tu
ser. El segundo es este: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo.’”
En este pasaje, Jesús enfatiza la importancia de amar a Dios
y al prójimo como los mandamientos fundamentales. Es un recordatorio esencial
para vivir una vida centrada en el amor y la compasión hacia los demás.
Reflexión sobre el cuadro
Aprender a reconocer el bien en el otro forma parte del
significado de lo que Jesús llama el segundo mandamiento. "Amarás a tu prójimo
como a ti mismo". La forma en que se expresa este mandamiento sugiere
claramente que sólo podemos reconocer el bien en los demás si antes hemos
reconocido el bien en nosotros mismos. El primer capítulo de la Biblia es una
descripción poética de la creación del mundo por Dios. Uno de los estribillos
de ese capítulo es 'Dios vio que era bueno'. La creación de Dios es esencialmente
buena, y esto es especialmente cierto en el pináculo de la obra creadora de
Dios, la persona humana. Eso es el amor: querer el bien del otro y reconocer el
bien en el otro.
El cuadro representa el amor, pero un amor diferente,
más estrecho. "El amor y la doncella", de John Roddam Spencer
Stanhope, es una cautivadora obra de 1877 que encarna la sensibilidad estética
y temática del movimiento prerrafaelita. El cuadro representa a una joven
doncella rodeada de alegres figuras danzantes al fondo, en un paisaje idílico.
La figura central, la doncella, está retratada con una expresión serena pero
contemplativa, que sugiere inocencia o quizá aprensión ante la figura invasora
del Amor. Está ataviada con una túnica clásica que realza su carácter etéreo e
intemporal.
La figura alada del Amor sostiene su conocido arco en la
mano izquierda, mientras que en la derecha sostiene un tallo de flores rosas,
que entrega a la doncella. Ella le devuelve la mirada con una expresión
ligeramente nerviosa. Podemos leer este cuadro como una representación
alegórica del primer encuentro de una joven con el amor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario