Hoy, he
mantenido con un familiar una de esas conversaciones transcendentales que te
hacen reflexionar sobre cuál es el estado optimo al que una persona debe llegar
en el ocaso de la vida. Lo cierto es
que, es muy triste cuando alguien llega a cumplir 50 años y todavía no se ha
atrevido a perseguir sus sueños, sus metas y vivir la vida, pero aún peor es llegar
a los 80 años y haber consumido los días solo en preocupaciones, trabajo,
enfermedades por el desgaste, así como otros aspectos que matan la vida de la persona silenciosamente,
y darse cuenta que la vida
se te ha escapado como el agua entre los dedos.
Creo firmemente que nacer,
tener pareja y formar una familia que incluya nietos es de lo más bonito que te
puede dar la vida. Hay que aprovechar cada instante, cada
segundo de tu vida y disfrutarla al máximo. Tienes que hacer cada instante lo
que te gusta, tampoco es vivir como si fuera el último día de tu vida, pero por
lo menos hacer lo que te apetece. Eso si es filosofía de vida
Lo triste de la vida
es no saber aprovecharla.