jueves, 21 de agosto de 2014

Aprovechar cada minuto

Hoy, he mantenido con un familiar una de esas conversaciones transcendentales que te hacen reflexionar sobre cuál es el estado optimo al que una persona debe llegar en el ocaso de la vida. Lo cierto es que, es muy triste cuando alguien llega a cumplir 50 años y todavía no se ha atrevido a perseguir sus sueños, sus metas y vivir la vida, pero aún peor es llegar a los 80 años y haber consumido los días solo en preocupaciones, trabajo, enfermedades por el desgaste, así como otros aspectos que matan la vida de la persona silenciosamente, y darse cuenta que la vida se te ha escapado como el agua entre los dedos.
Creo firmemente que nacer, tener pareja y formar una familia que incluya nietos es de lo más bonito que te puede dar la vida. Hay que aprovechar cada instante, cada segundo de tu vida y disfrutarla al máximo. Tienes que hacer cada instante lo que te gusta, tampoco es vivir como si fuera el último día de tu vida, pero por lo menos hacer lo que te apetece. Eso si es filosofía de vida

Lo triste de la vida es no saber aprovecharla.



jueves, 7 de agosto de 2014

La felicidad

Una y otra vez nos dicen que las personas felices tienen menos probabilidades de enfermarse. La ciencia dice que el sistema inmunológico es todo y parte de lo que lo hace fuerte es la felicidad y la armonía. 

Las personas felices están contentas con lo que son y donde están porque están conectadas con el amor infinito que existe dentro de ellas y son capaces de compartir este amor con otros. 

La infelicidad, por otra parte, está inextricablemente ligada a los celos, que crean separación y dejan un espacio vacío. Cuando estamos celosos, buscamos constantemente algo que no tenemos. Sin embargo, cada vez que hacemos esto perforamos nuestra "capa de ozono" personal y cuando hay suficientes hoyos en ella, terminamos con desarmonía en nuestro cuerpo, mente y espíritu. 

¿Esto significa que para ser espirituales nunca debemos ser celosos o infelices c
on nuestra situación en la vida? Claro que no. Todos nos encontraremos y seremos acosados por la negatividad. Eso es un hecho. Si no seríamos ángeles, no seres humanos. 

Sin embargo, lo que importa es lo que hacemos con esos pensamientos. ¿Permitimos que nos controlen? O somos capaces de retarlos y decirnos a nosotros mismos: "A pesar que estos pensamientos y sentimientos están inundándome, me niego a escucharlos. Quiero ver la Luz que sé que existe en cada persona. Mi deseo de conectarme con el Creador es mayor que mi deseo de obtener lo que quiero de esta situación".

Aunque parezca que vivimos en un mundo de carencias y limitaciones, existe al mismo tiempo dentro de cada uno de nosotros una chispa del Creador. 
Si podemos conectarnos con esta chispa perfecta a través de herramientas espirituales como la oración, 
la meditación, y el compartir, entonces podemos conectarnos con la armonía que subyace en toda 
la creación. 


Karen Berg