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La felicidad alarga la vida. |
Hoy
(Domingo) hemos tenido una comida familiar, cómo siempre abundante, a pesar de
los tiempos que corren (No tenemos remedio), pero que le vamos a hacer. Cuando
nos vemos con los hijos damos todo lo que se puede esperar de nosotros, así
somos los padres abnegados. Resulta que, bien por la alegría del momento o por
mi gusto de hacer de vez en cuando el payaso (para mi es una manera de aparcar
los problemas del día a día, y servir de hilo conductor con la felicidad que
siento en mi interior). Pues me han llamado la atención.
Al llegar
a mi casa, por costumbre repaso los aconteceres del día, y hoy he reflexionado
sobre la persona de Jesús de Nazaret cuando nos pide “ser como niños”. Y parece
que nos extraña. Un niño, una niña, son proyectos de hombre y de mujer. Parece
algo incompleto. Y sin embargo, si observamos a los pequeños observamos
auténticas llamaradas de paz y de alegría, de bondad e inteligencia. La vida no
les ha amargado y tienen muchas expectativas por delante. Es por ello que, nos dice
que sirvamos y que busquemos ser servidos. Servir es ofrecer solución a los
problemas o necesidades de nuestros semejantes. Servir es entregarse, ¡¡qué
hermoso!!. Jesús de Nazaret siempre nos propone algo paradójico, de difícil
explicación de acuerdo con nuestros criterios y, sin embargo, bello y lleno de
amor. “Sed como niños”
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