miércoles, 2 de noviembre de 2011

Pequeños detalles

Todos unidos para construir una sociedad mejor. La unión hace la fuerza.

Hoy es uno de esos días que son perfectos para el recogimiento, y entregarme a la lectura es uno de los placeres de los que abuso. Cómo seguro sabréis, La Cábala (Kabbalah) es una antigua fuente de sabiduría hebrea que explica las leyes de la energía espiritual. En su estudio me encontraba, cuando llegué a la siguiente enseñanza:

Hay personas en tu vida que realmente te necesitan ahora y que cuentan con que estés ahí para ellos, con la mente abierta y sin cuestionamientos.”

Cuidar de nuestros mayores
Pues bien, hace años me contaron la pequeña historia de un aprendiz de pintor que había terminado el cuadro del que, hacía meses se venía esforzando por acabar.
Llamó a su maestro para que lo examinara y le diera el visto bueno.
El maestro se acercó y observó la obra con detenimiento y concentración durante un largo rato. Entonces, le pidió al discípulo la paleta y los pinceles. Con gran destreza ejecutó unos cuantos trazos aquí y allí.
Cuando el maestro devolvió las pinturas a su discípulo el cuadro había cambiado notablemente. El alumno quedó maravillado; ante sus propios ojos la obra había pasado de mediocre a sublime.
- ¿Cómo es posible que con unos cuantos toques, simples detalles, haya cambiado tanto el cuadro? Preguntó aprendiz a su maestro con reverencia.
El maestro meditó unos segundos la respuesta.
- ¡Es, en estos pequeños detalles donde está el arte! contestó el maestro con benignidad.
Si reflexionamos con detenimiento, nos daremos cuenta que, todo en la vida son detalles. Los grandes acontecimientos nos deslumbran tanto que a veces nos impiden ver esos pequeños milagros que nos rodean cada día.
El pajarillo que canta, las flores que se abren, los besos de nuestros hij@s, el abrazo de un amig@, una palabra de aliento... Son pequeños detalles que si los sumamos, hacen diferente nuestra existencia. Las relaciones humanas se basan en pequeños detalles.
Un simple empujoncito
Hay quienes esperando una oportunidad única para demostrar de forma heroica su amor, y lo triste es que mientras esperan esa gran ocasión, dejan pasar muchas otras, modestas pero significativas. En los momentos de mayor dicha o de mayor dolor se convierten en el cemento que une los ladrillos de esa construcción que llamamos relaciones humanas o sociedad.
Las flores se marchitaran, las palabras quizás se las llevará el viento, pero el recuerdo de ambas permanecerá durante mucho tiempo en la mente y el corazón de quien las recibió.
Una gran mayoría de las personas que formamos nuestra sociedad se deja engañar con demasiada facilidad por la aparente simpleza, y piensa que la felicidad es que ocurra algo extraordinario que, de la noche a la mañana cambie una vida miserable por una llena de dicha. NO, la felicidad es un regalo en forma de pequeñeces y detalles que sazonan día a día nuestra existencia.
En nuestras relaciones con los demás, no hay cosas pequeñas, únicamente existen las que se hicieron y las que se quedaron en buenas intenciones... Recuerda siempre que la vida esta hecha de pequeños detalles, y que ayudar a las personas que nos necesitan es una obligación, cuanto menos, moral.

Una mano tendida en el momento adecuado, procura felicidad a ambos.

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