Honestidad |
Dominemos las situaciones en lugar de dejarnos dominar por ellas. Además del Creador, somos los únicos dueños de nosotros mismos.
Podemos y debemos ser humildes, cariñollosos, equilibrados, sin embargo, no tenemos miedo de actuar enérgicamente cuando el momento lo exige, porque no es lo mismo actuar con energía, con mano firme, que actuar con violencia. Ser bueno y honesto no es decir sí a todo y a todos. Es pensar, decidir y actuar correctamente.
Jesús de Nazared también actuó con firmeza, sin perder por ello la autoridad moral, y es el mejor ejemplo que ha tenido la humanidad de que todos podemos ser firmes en nuestras posiciones, sin perder la compostura que nos puede quitar la razón.
Pero la decisión es nuestra y ser feliz es consecuencia de nuestras elecciones. Si pensamos o queremos seguir el ejemplo de Jesús, sus preceptos y enseñanzas, se abre o se abrirá ante nosotros un camino seguro y sereno hacia la felicidad.
Equilibrio y mesura |