lunes, 2 de noviembre de 2015

¿El Derecho debe ser justo?

Resulta emocionante la vida cuando, utilizando términos taurinos, nos pone en suertes que capotear y se cruzan en tu faena espontáneos con muletillas.... pues resulta que próximamente tendré que someterme a la justicia en un asunto que de antemano considero injusto (aunque las leyes me demuestren lo contrario), y como juego del destino, se cruza en mis estudios de Grado la tarea de intervenir en un foro que lleva por título ¿El Derecho debe ser justo?. Como las reglas del foro es no aportar exposiciones muy largas y creo que explicar el término "Justo" o "Justicia" se merece en sí mismo una extensión y una redacción menos técnica, aunque extensa...
El término Justicia es una de las palabras más difíciles de definir y de las que más preguntas se han hecho. Filósofos, juristas, escritores, entre otros, han tratado de dar su concepto pero, ninguno se ha considerado como universal.
Es por ello que surge la pregunta: ¿Qué es la Justicia? El jurista Hans Kelsen afirmó que: "No hubo pregunta alguna que haya sido planteada con más pasión, no hubo otra por la que se haya derramado tanta sangre preciosa ni tantas amargas lágrimas como por ésta; no hubo pregunta alguna acerca de la cual hayan meditado con mayor profundidad los espíritus más ilustres, desde Platon a Kant. No obstante, ahora como entonces carece de respuesta".

Según el diccionario de filosofía de Ferrater Mora, existen varias definiciones de Juicio, de las que tomaremos las siguientes para exponer en este artículo.
(1) Juicio es el acto mental por medio del cual nos formamos una opinión de algo. Definición moralista, empirista o de los filósofos de los sentidos (como Locke).
(2) Juicio es el proceso mental por medio del cual decidimos conscientemente que algo es de un modo o de otro. Definición dada por los psicólogos.
(3) Juicio es la afirmación o la negación de algo (de un predicado) con respecto a algo (un sujeto).
(5) Juicio es una operación de nuestro espíritu en la que se contiene y a proposición que es o no conforme a la verdad y según la cual se dice que el juicio es o no correcto. Definición dada por Bolzano.
(10) Juicio es la facultad de juzgar o también el resultado de la facultad de juzgar. Definición propia de la antropología filosófica o de la crítica del juicio en sentido kantiano.
Los escolásticos decían que primero el hombre aprehende conceptos y que luego en base a ellos elabora juicios. Si partimos de este planteamiento, todo aquel hecho que es captado por el ser humano, por medio de los 5 sentidos, es un dato de la realidad que pasa a ser guardado en el cerebro como información. Esta información, el hombre luego la clasifica elaborando conceptos abstractos, los cuales reúne en conjuntos. Por ejemplo, los distintos estados del tiempo, le dan al hombre a través de la piel, información sobre la temperatura externa y la temperatura interna o corporal y la relación entre ambas. La información sobre las distintas temperaturas se clasifica bajo el concepto "temperatura". Según la relación de su temperatura corporal, que el hombre utiliza como referencia (que cuando esta sano ronda los 37°C promedio), tomará entonces en una segunda etapa, juicios de valor con respecto a la temperatura exterior, definiendo entonces lo frío o cálido de esa temperatura exterior.
Lo que conocemos como sensación térmica es un juicio de valor, y que es variable según el estado momentáneo de esa persona. Si la persona es joven podrá sentir más calor que si es vieja, si estaba moviéndose o haciendo deporte sentirá más calor que si está quieta, etc.
Si con este ejemplo tan simple, vemos que los juicios de valor que podemos hacer individual o colectivamente son tan complejos y variables, que no serán entonces, los juicios de valor que refieran a aspectos culturales relacionados con la moral o la ética humana.
Para analizar entonces el tema de la Justicia, debemos afirmar primeramente que la Justicia es según Chalín Perelman: "un principio de acción según el cual los seres de una misma categoría esencial deben ser tratados del mismo modo". Pero, ¿Qué quiere decir que seres de una misma categoría sean tratados del mismo modo?
Primero debemos tener en cuenta que estos seres se encuentran inmersos dentro de una sociedad que ha elaborado con el correr del tiempo una cultura, que no es más que lo que en algunos llaman usos y costumbres, que pueden ser orales, o escritos, a los que llamamos reglamentos. Ahora bien, la cultura es la sumatoria de juicios que han sido elaborados por cada sociedad o grupo social. De esta manera, según estos juicios o "prejuicios" se establecen, -como decía Rousseau-, un contrato social para unirse como individuos y convivir justamente en una sociedad. Los elementos que conforman ese contrato varían en cada sociedad o grupo cultural en el espacio y en el tiempo.      
Por esto, cuando se quiere impartir Justicia, es tan difícil poder llegar a conformar a todas las partes involucradas, ya que para que todas ellas quedaran conformes con el juicio dado, primero, se debería discutir en base a que juicios de valores o "prejuicios", en tanto juicios previos, esta realizado el contrato social entre las partes involucradas.
Pondremos algunos ejemplos para aclararnos mejor:
1. Pleito entre alguien que ha sido robado y alguien que ha robado un objeto.
2. Pleito entre el Estado y10 familiares de una víctima y un victimario.
El primer caso se puede encontrar en la Biblia, en el decálogo de Moisés como: No robarás. En primera instancia, el que ha robado es culpable, y la Justicia debería aplicarse sobre él. Pero, si analizamos el hecho fríamente, debemos detallarlo mejor. Debemos considerar que lo robado, fuese propiedad del perjudicado. En ese caso, debemos considerar entonces si la propiedad del objeto en cuestión era detentada "legalmente" por el primero.
De allí sale la famosa fiase "el que roba a un ladrón tiene cien años de perdón". Es decir, si el que ha robado algo a otro, se lo roba a otro que lo había robado anteriormente, la pregunta es: el inculpado, ¿es culpable, o inocente?
En el caso que tratamos, se aclara mejor si lo robado es un territorio. Por ejemplo, se han dado casos de evoluciones en las que el pueblo ha quitado a los antiguos poseedores la propiedad de los terrenos. Caso de la revolución francesa y de la revolución ruso-soviética que expropió tierras del clero y la nobleza, caso de la revolución cubana que expropió tierras a norteamericanos y oligarcas cubanos, etc. Los perjudicados aducían hurto sobre sus propiedades, pero ¿eran acaso de ellas realmente sus propiedades? ¿Acaso no las habían heredado de sus antepasados? Si seguimos el planteamiento que hace Tomas Paine en su libro "Derechos del Hombre" esas propiedades nunca fueron de la nobleza o el clero sino que fueron robadas por estos, por medio del uso de la fuerza, a otros que antes las poseían. Llegamos así a lo que enseñaban los antiguos jefes indios de EE.UU.: "el territorio no es propiedad de nadie" y "los objetos encontrados en ese territorio son del primero que los encuentra".
Así, vemos que para definir la Justicia en este pleito, debemos primeramente ver si esa sociedad entiende que existe o no propiedad privada sobre los objetos inmóviles (el territorio, la vivienda, etc.), y sobre los objetos móviles. Luego de ello, debemos determinar en caso de que sea considerada la propiedad de estos, quien la detentaba para poder así juzgar. En el segundo caso, también lo encontramos en la Biblia, en el decálogo de Moisés como: No matarás. En primera instancia, nuevamente, es claro que el perjudicado es el muerto. Pero allí, a pesar de que es obvio de que el asesino o victimario es culpable, no es tan claro, si consideramos algunos aspectos metafísicos o religiosos que están contenidos dentro de las distintas culturas.
Pasamos a los ejemplos siguientes:

En el libro hindú Bhagavad Gita, Canto 1 y 11, cuando Arjuna se encuentra con su ejército en formación para entrar en guerra contra su pariente, el rey vecino, éste (Arjuna) le pregunta al sacerdote que lo acompaña en su carruaje: si la ley del karma me impide matar a nadie, y entro en guerra y mato, entonces volveré a reencarnar y no podré así evitar la ley del Karma.
Pero si entro en combate y me matan, entonces no podré evitar la ley del Karma, ya que no estoy preparado para salir de ella aún. ¿Qué hago?
El sacerdote por supuesto, le dijo que no se preocupara y que atacara, ya que todo estaba ya definido. El sacerdote dijo: el sabio no llora por los muertos s por los que van a morir, el cuerpo nace y muere, pero el Espíritu existe siempre. Si está todo definido por la ley de causa y efecto, y no hay libre albedrío entonces no hay necesidad de justicia, ya que no podemos afmar que sea justo morir o no. En ese caso el victimario o asesino no lo es tal, ya que por ley de causa y efecto el que la victima muriera estaba "definido" o escrito por un Dios.
Otro caso: la famosa historia mal interpretada de Salomón. Dos mujeres pelean por la “propiedad” de un niño. Salomón al desconocer la verdad plantea la equivocadamente conocida como solución salomónica, mitad para cada una. La verdadera madre, para evitar la muerte del niño, acepta que se quede la otra. Salomón al descubrir la verdad, entonces da el niño finalmente a su verdadera madre. Lo que hace Salomón es buscar la verdad de la situación, y luego, en base a la verdad, juzgar.
Pero tomemos en cuenta en paralelo el cuento ZEN japonés, similar al de Salomón. Dos monjes pelean por la propiedad de un gato negro que se ha cruzado en el camino del maestro ZEN. Los monjes aceptan que el maestro decida de cual de los dos monjes es dueño del gato. El maestro ZEN coge al gato y lo corta al medio con su espada samurai, le da mitad a cada uno, se quita un zapato y se lo pone en la cabeza y se va caminando.
Seguramente esta fue la respuesta que dio un maestro ZEN a un monje cristiano, cuando estos llegaron en el 1600 a Japón. Lo que plantea el Kohan japonés, es que es imposible pelear por la propiedad de algo que no tiene dueño alguno. ¿Como podemos pelearnos por la propiedad de una vida, cuando esa vida no es propiedad nuestra? ¿Como podemos también quitarle la vida a alguien si no esta en nuestras manos quitarla ya que no esta en nuestras manos darla? Obviamente, en estas preguntas están implicadas concepciones filosóficas o religiosas que existen en las distintas saciedades y culturas mencionadas.
Por último, es injusto matar a alguien en nuestra sociedad, pero al ir a la guerra es justo matar a otra persona de otra sociedad. ¿Es moralmente hablando justo, matar a alguien de otra sociedad e injusto matar a alguien de nuestra sociedad? ¿Por qué matamos a otra persona de otra sociedad? Simplemente, porque intenta quitarnos algo de nuestra propiedad. Ya sea esto nuestro territorio, nuestras libertades, etc. Volvemos a ver que es el concepto de propiedad el que está relacionado implícitamente con el de Justicia.
Nuevamente, Chalín Perelman ha encontrado que justicia, por lo menos en el sentido de lo que puede ser justo para cada individuo respecto a la sociedad y prescindiendo de algunas de las dimensiones de lo justo aludidas anteriormente, puede significar seis tipos de afirmación:
(1) A cada uno lo mismo. 
(2) A cada uno según sus méritos. 
(3) A cada uno según sus obras. 
(4) A cada uno según sus necesidades. 
(5) A cada uno según su rango. 
(6) A cada uno según lo atribuido por la ley - que puede ser entendida o formalmente o como algo que tiene primariamente un contenido. 
Según el mencionado autor, todas estas concepciones son incompatibles entre sí, pero hay en ellas algo de común si nos decidimos precisamente a practicar sobre ellas una formalización suficiente. Sin embargo, ninguna de las definiciones citadas ni su común denominador formal hacen algo más que fijar unos límites dentro de los cuales puede discutirse conceptualmente el concepto de justicia, que requiere tanto una formalización como la constante referencia a las bases históricas.
Hans Kelsen nos plantea otros puntos de vista que nos llevan a la meditación sobre el tema de la Justicia:
1. La justicia es una característica posible pero no necesaria del orden social. Para que haya orden social no es imprescindible la justicia.
Un hombre será considerado justo para el orden social cuando sus actos concuerden con el orden social que se haya considerado justo.
El orden social será considerado justo cuando regule la conducta de los hombres de modo que todos queden satisfechos y logren la felicidad.
Al parecer de Platón la justicia se identifica con la felicidad: "sólo el justo es feliz y desdichado el injusto".
2. No puede existir un orden social justo que garantice la felicidad de todos, ya que generalmente la felicidad de uno modificará la felicidad de otro.
La felicidad individual, generalmente, depende de necesidades que no llegan a ser satisfechas por ningún orden social.
La naturaleza no es justa y no existe orden social que pueda reparar por completo esta injusticia.
3 . El orden social justo tampoco será posible si se entiende que deberá lograr la mayor felicidad posible del mayor número posible de miembros de la sociedad, porque lo que haga felices a algunos en determinados aspectos, producirá infelices en aspectos distintos y viceversa. (Jeremias Bentham)  
Se debe entender por felicidad en sociedad la satisfacción de ciertas necesidades tenidas en cuenta por la autoridad social. Esta definición de felicidad difiere totalmente con el sentido del término felicidad, el cual es profundo y subjetivo.
4. La justicia individual y subjetiva al convertirse en una satisfacción de necesidades socialmente aceptadas sufre una transformación similar a la de la libertad individual para llegar a ser una libertad en sentido social.
Un orden social será justo cuando garantice la libertad individual.
La idea de justicia se transforma de un principio que garantiza la libertad individual de todos en un orden social que protege determinados intereses considerados esenciales por la mayoría de los miembros de la sociedad.
4. El problema se produce cuando aparecen intereses en conflicto, debido a diferentes escalas de valores que manejan los miembros de una sociedad; aquí es cuando actúa la justicia.
Por lo tanto, a modo de conclusión, debemos decir que para poder definir realmente lo que entendemos por Justicia, entendemos que primero debemos precisar los valores que definen nuestra cultura en común, y los juicios o valores morales, éticos, filosóficos, religiosos, políticos, etc. que definen el contrato social que tenemos los individuos con la sociedad.


viernes, 23 de octubre de 2015

Yo sé que existo..porque tú me imaginas



Yo sé que existo porque tú me imaginas.
Soy alto porque tu me crees alto,
y limpio porque tú me miras
con buenos ojos, con mirada limpia.
Tu pensamiento me hace inteligente,
y en tu sencilla ternura,
yo soy también sencillo y bondadoso.
Pero si tú me olvidas
quedaré muerto sin que nadie lo sepa.
Verán viva mi carne,
pero será otro hombre-oscuro, torpe, malo- el que la habita...

¿Porqué éstos versos?...Tú lo sabes.
A. González

lunes, 5 de octubre de 2015

Pau Donés y la emotiva carta sobre su cáncer

Paú Dones nos sorprende con una estremecedora cara en su página web en la que escribe sobre un mal día cuando tienes cáncer. Esta solución a la que se ha aferrado el cantante de Jarabe de Palo, te deja helado.
Hace un mes el cantante anunciaba en las redes sociales que tenía cáncer de colón, dejó paralizado al mundo de la música. Fué estupendamente atendido por las enfermeras del Hospital, a quienes dedicó una carta muy bella. Ahora ha decidido plasmar en su blog lo que le pasa por la cabeza en un mal día.
El cantante confiesa que esta a tope, que no le dan ni el cuerpo ni la cabeza para más, que está exhausto. Asi comienza su carta:"Para que nos vamos a engañar, con todo esto que me está pasando de vez en cuando aparece un mal día". Ha sido muy claro al exponer sus sentimientos de una forma tan abierta, se encuentra mal y no ha dudado en dejarlo claro.
Pau Donés ha comenzado a caer en la garras del cáncer, pero demuestra fuerza. En la carta ha demostrado que un mal día puede dejarte agotado, pero cuanta más fuerza y valor le pones a algo, más fácil es sobrellevarlo. Le mandamos a Pau Donés toda nuestra fuerza para que pueda superar está situación.
HOY NO TENGO UN BUEN DÍA    
Para que nos vamos a engañar, con todo esto que me está pasando de vez en cuando aparece un mal día. Por ejemplo, hoy. Comparto este miércoles 30 de septiembre de 2015 con vosotros, a pelo, tal como lo estoy viviendo, porque a lo mejor queréis saber como son mis días chungos, pero sobretodo porque el compartirlo me alivia.
Hoy estoy triste. Triste porque tengo cáncer. Porque no me encuentro bien. Porque los míos están tristes. Porque tengo la cabeza a tope y el cuerpo a cero. Porque esta mañana no tengo ganas. Porque tenía muchos planes y de repente se esfumaron. Porque voy a estar un año sin poder nadar, sin pisar la nieve, sin subirme a la moto, sin viajar, sin tocar….Y porque por si fuera poco, ayer me dijeron que el frío, que es de lo que más me gusta en el mundo, con la quimioterapia se va a convertir en mi principal enemigo.   
La semana que viene empiezo el tratamiento y estoy cagado de miedo.
Hoy no estoy muy animado, la verdad. La pregunta de ¿Cuánto me queda? ha vuelto a mi cabeza, y aunque todo apunta a que mucho, con el cáncer nunca se sabe.
Hoy estoy hasta los huevos de estar enfermo, porque si no lo estuviera, mañana viajaríamos a Lima y luego empezaríamos una gira por los EEUU. Y me enceraría la tabla de snowboard, y me iría a dar una vuelta con la moto, y los míos no estarían tristes, y…
Hoy tengo un día de mierda, lo reconozco. Aunque también reconozco que tengo derecho a tenerlo. No pasa nada.
Procuro evitarlos, pero con todo esto del cáncer de vez en cuando me viene el bajón. Hoy lo tengo, y quería contaros lo que me pasa. Ya veis queridos, no todos los días son de color de rosa. Hoy tengo un día gris, aunque sé positivamente que mañana, cuando me levante, todo volverá a ser azul como siempre.
P.d.: Y otra cosa, a este puto cáncer le voy a dar de hostias hasta en el carnet de identidad. ¡He dicho!

domingo, 3 de mayo de 2015

Felicidad “tan simple que asusta”

A lo largo de la historia todos los filósofos han reflexionado sobre la felicidad, y no menos los psicólogos que han publicado  miles de extensos trabajos abordando este estado emocional.
La pregunta sobre la felicidad fue esencial en el surgimiento de la ética en la Antigua Grecia, y los filósofos encontraron respuestas muy diferentes, lo cual demuestra que, como decía Aristóteles, todos estamos de acuerdo en que queremos ser felices, pero en cuanto intentamos aclarar cómo podemos serlo empiezan las discrepancias (placer para algunos, honores para otros, contemplación, conocimiento intelectual para otros más...) Aristóteles rechaza que la riqueza pueda ser la felicidad, pues es un medio para conseguir placeres o bien para conseguir honores, pero reconoce que existen personas que convierten a las riquezas en su centro de atención.
Sin embargo, aunque estos bienes particulares no basten, ayudan, y en esto Aristóteles mantiene una postura moral bastante desmitificada y realista, el bien no puede ser algo ilusorio e inalcanzable. Sin ciertos bienes la felicidad será casi imposible de alcanzar. Para Aristóteles la felicidad humana se basa en la autorrealización dentro de un colectivo humano, adquirida mediante el ejercicio de la virtud.
Existen también otros filósofos que han trabajado el tema de felicidad individual en otros términos: Epicuro entiende la felicidad como autosuficiencia en el placer moderado; Leibniz defiende la felicidad como adecuación de la voluntad humana a la realidad; Stuart Mill defiende un concepto de felicidad como satisfacción de los placeres superiores; para Nietzsche, el ser humano no fue concebido para la felicidad, sino que está destinado a sufrir; asimismo para autores del Nuevo Pensamiento o New Thought, la felicidad es una actitud mental que el hombre puede asumir conscientemente, es decir, es una decisión. La idea de que la felicidad sea una decisión se basa, para ellos, en el hecho de que el individuo busca muchas formas de encontrar esa felicidad en muchos aspectos, y aun así, parece esquiva para la mayoría de las personas. Al descubrir que existen seres felices e infelices en todas las diversas condiciones socioeconómicas, geográficas, de edad, religión, sexo, estados mentales (hay personas con problemas mentales que a pesar de ello son realmente felices), estos pensadores concluyen que cuando el individuo decide aceptar su condición y su pasado, y asumir la vida tal como es en ese momento y construir su vida a partir de aquellos preceptos, es entonces realmente feliz.
En la filosofía oriental la felicidad se concibe como una cualidad producto de un estado de armonía interna que se manifiesta como un sentimiento de bienestar que perdura en el tiempo y no como “un estado de ánimo de origen pasajero, como generalmente se la define en occidente”. Por consiguiente la felicidad perdura en el tiempo y se identifica como una cualidad, tal y como ser alto, fuerte o inteligente una persona es feliz.
Después de exponer lo anterior y reflexionado sobre ello, puedo hacer mi pequeña y humilde aportación filosófica diciendo que, considero la felicidad como un estado de armonía interna, pero…. puede ser que todo se reduzca a “mínimos”, tal como afirma un texto anónimo que me ha enviado una amiga.
“De repente todo se vuelve tan simple que asusta. Perdemos las necesidades, se reduce el equipaje. Las opiniones de los demás, son realmente de los demás, incluso si son sobre nosotros; no importa. Abandonamos las certezas porque ya no estamos seguros de nada. Y no nos hace falta. Vivimos de acuerdo con lo que sentimos. Dejamos de juzgar, porque ya no hay bien o mal, sino más bien la vida que eligió cada uno. Finalmente entendemos que todo lo que importa es tener paz y tranquilidad, es vivir sin miedo, es hacer lo que alegra el corazón en ese momento. Y nada más.

Cuando descubrimos todo eso es cuando llega la satisfacción plena. La verdadera felicidad”.

martes, 14 de abril de 2015

Reconstruir tu vida


Los fracasos o las malas rachas no duran para siempre. Por ello, y por muy dura que haya sido la experiencia, siempre es posible recomponerse y salir del bache. He reflexionado sobre esto y deseo darte algún consejo para conseguirlo.
Lo primero es que después de una derrota, lo más importante es levantarte, estableciendo nuevos objetivos. Aunque, al principio, no te veas con fuerzas, el mero hecho de luchar por ellos y conseguirlos te motivará para seguir. Lo mejor es proponerte algo grande, algún reto para el que debas esforzarte. Además de mantenernos motivados, estaremos entretenidos y no pensaremos tanto en nuestras desgracias.
Piensa que no podemos controlar todo, hay cosas que no dependen de ti. Para que quede claro, ni tú eres culpable de todo lo que te ocurre ni puedes provocar que sucedan algunas cosas. Lo que puedes controlar es tu actitud a la hora de enfrentarte a los problemas, la dieta, la gente que te acompaña, etc. Sin embargo, no puedes controlar lo que los demás opinan de ti (lo mejor que puedes hacer es ignorarlo), el tráfico, el clima o la temperatura y la mala sangre de algunas personas que intentarán pisotearte. Una vez hayas entendido esto, serás capaz de enfrentarte a tu día a día con más fuerza y energía que antes.
Es muy habitual que cuando algo va mal, tenemos la tendencia a dejarnos caer en picado,  centrarnos en los aspectos más negativos y regocijarnos en nuestra desgracia antes que buscar algo positivo. Lo que hay que hacer es controlar esos impulsos depresivos y encontrar la parte buena de las cosas. Eso nos ayudará a manejar la situación de una forma adulta y responsable.
Por último, aunque suene un poco egoísta, es fundamental y obligatorio ¡quiérete!!. Aprende a escuchar a tu cuerpo y reconoce qué es lo que, tanto física como mentalmente, te hace falta. Una vez lo descubras, dedica el tiempo que sea necesario. Puede que tu cuerpo te está pidiendo u descanso y tu cita semanal con el fisioterapeuta te esté aliviando los dolores que habías aguantado durante años o que tu mente necesitase un hobbie como la pintura para canalizar toda tu creatividad. Reserva ese tiempo para ti, sin interferencias y notarás la diferencia.
En tu nuevo camino consigue hacer algo tan simple y a la vez tan complicado como "Vivir plenamente tu vida y dejar que cada cual viva la suya". ¡Nada más y nada menos!

jueves, 22 de enero de 2015

Superación 100%

Alcanzar la confianza en nosotros mismos no es tarea fácil. Algunos dicen sentirse a gusto con su piel allá por la cuarentena, en cambio, otros pueden recorrer toda una vida sin encontrar el camino.
He tenido la suerte de que un hermano mío haya compartido este vídeo en uno de esos grupos de Whatsapp que no paran de sonar. Me ha impresionado tanto que me he decidido a escribir unas breves palabras que lo acompañen de entradilla.
Quiero que mis palabras sean un canto a la vida, al amor, a la verdadera justicia, al autentico espíritu y afán de superación, el que nos convierte en alguien poderoso ante nuestros propios ojos. Espero que inviten a afrontar los reveses de la vida –la adversidad, los errores, el desánimo, el dolor…- y nuestros errores con la actitud adecuada para emerger de ellos engrandecidos como personas honestas, fuertes y a la vez tiernas, con la capacidad de regalar amor, paz y felicidad.
Según algunos estudios científicos el ser humano utiliza solo el 8 % de su capacidad o verdadero potencial. Puede que así sea y en algunos casos será por exceso, por lo tanto tenemos un 92% en nuestras autenticas posibilidades para superarnos.
Querido lector, te recomiendo que veas este video, y medites sobre su mensaje, luego vuelve a verlo y compártelo como lo hago yo contigo.


Enlace:    https://www.youtube.com/watch?v=Y9ts5Qf5RFA