Puede que te pase en la actualidad o te ocurriera en el
pasado, pero al igual que tú, hace unos años un gran amigo mío padeció en sus carnes la
experiencia dolorosa que procede de la injuria, la calumnia, la ofensa a sus
seres queridos… indudablemente toda herida deja su cicatriz, y el me ha reconocido que, todavía al mirar su cicatriz trae a colación el recuerdo de aquel mísero atentado.
Aprendemos de ésta experiencia que, en ocasiones otras personas tratan de
minimizar tus sueños, esperanzas, tu futuro y tu persona. Que tratan de
aplastarte poniéndote en ridículo o por muchos otros medios mucho más
mezquinos. Las personas malintencionadas pueden tratar de llevarnos a la ruina
más absoluta.
Por la razón que sea, nuestros esfuerzos por mejorar, por
ser más felices en la vida, se pueden volver el blanco de ataques. Estas
personas deben pensar que somos peligrosos para ellas en alguna forma; deben
creer que si progresáramos personalmente o en nuestra sociedad, eso sería una
amenaza para ellas. Por eso tratan de minimizar nuestro talento y capacidad de
diversas formas. Algunos dementes incluso tienen un plan general que dice: “Si X
tiene más éxito, puede ser una amenaza para mí; por lo tanto, debo hacer todo
lo posible para lograr que X tenga menos éxito”. Son tan obtusos que, nunca se
les ha ocurrido que sus acciones podrían convertir a X en su enemigo, aunque no
lo haya sido antes. Podría decirse que esta es una forma casi segura en que
estos dementes se meten en problemas; algunos lo hacen sólo por prejuicio o
porque “alguien les desagrada”. Sin importar cómo traten de hacerlo, su
verdadero propósito, como tal, es hacer que la persona que es su objetivo, empequeñezca
y fracase en la vida.
La justicia la divina y a veces la de los hombres, pone a
estos individuos en su sitio, incluso pagando penas que dejan empequeñecido el
daño que intentaron infligir, pero existe una manera de resolverlo a largo
plazo que rara vez falla.
La manera de resolver realmente esta situación y de
manejar a estas personas, la manera de vencerlas es florecer y progresar
interiormente. Ah sí, es cierto que tales personas, al ver que uno mejora su
suerte, pueden ponerse histéricas y atacar con más fuerza. Lo que hay que hacer
es encargarse de ellas si uno debe hacerlo, pero no dejar de florecer y progresar,
ya que eso es lo que tales personas no quisieran que hicieras.
Si te lo propones y lo consigues, tales personas caerán
en apatía y pueden darse por vencidas completamente.
Si nuestras metas en la vida valen la pena, si las
llevamos a cabo, si florecemos y progresamos interiormente, con toda seguridad
saldremos vencedores. Y con optimismo, con honorabilidad, con decencia… sin
dañar un solo pelo de sus cabezas.
"haz a los demás lo que quieras que te hicieran a
ti"